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José Luis Pantoja Vallejo

José Huertas de la Torre. Persona muy detallista, bromista y simpática con todo el mundo.

José Huertas de la Torre. Persona muy detallista, bromista y simpática con todo el mundo.

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

El pasado día 26 de julio se cumplió el primer aniversario de la muerte del loperano José Huertas de la Torre y no pasa ni un sólo día sin que sea recordado por sus familiares y amigos, pues ante todo era una buena persona, trabajadora y emprendedora que se desvivía por el bienestar de su familia. José fue el mayor de cuatro hermanos (José, Manuel, Nicolás y Carmen) y sus padres fueron José Huertas Herrero y Concepción de la Torre Gutiérrez. Los tres años de Guerra Civil Española los pasó con su familia en Úbeda. Tras la Guerra Civil empezó a trabajar como mecánico y herrero en la fábrica de aceite “La Loperana”, donde pasó gran parte de su vida. Durante un corto tiempo estuvo trabajando con máquinas cosechadoras trigo en varios cortijos de Montoro (Córdoba).  En 1955 se casó con la mujer de su vida Ana Moreno Moreno y fruto de su matrimonio nacieron dos hijos, José y Concepción. José fue un hombre muy polifacético y le encantaba trabajar en su pequeño taller donde realizaba con gran paciencia manualidades con plástico y madera. Su nieto Salvador, nunca olvidará aquel molino de viento que su abuelo le hizo y que fue uno de sus juguetes favoritos y que aún conserva. También le encantaba todo lo relacionado con la Guerra Civil, fue un gran colaborador en el libro “La XIV Brigada Internacional en Andalucía. La tragedia de Villa del Río y la Batalla de Lopera”. Una de sus aficiones era coleccionar bombas ya desactivadas de la Guerra Civil, de las cuales aún se conserva una de ellas colgada en el patio de su casa. Fue un amante del dibujo y lo practicaba a diario tomado como modelo las imágenes de revistas y le gustaba mucho dibujar el castillo de Lopera. Siempre se le recordará como una persona muy detallista, bromista y simpática ya que siempre estaba de cachondeo con todo el mundo.  No tenía nada suyo, todo lo compartía. Conoció  en vida a sus cinco nietos (José Juan, Alba, Salvador, José Manuel y Ana) con los que le gustaba jugar y pasar buenos ratos. Fue un hombre muy querido y respetado en el pueblo, amigo de sus amigos. Fue un hombre muy participativo dispuesto siempre a ayudar dentro de sus posibilidades a todo aquel que lo necesitaba y sobre todo muy trabajador y generoso Su persona permanecerá siempre muy viva en el recuerdo más intimo de todos sus descendientes.

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