Blogia
José Luis Pantoja Vallejo

Rafael García Coca. Hombre de gran corazón y muy generoso

Rafael García Coca. Hombre de gran corazón y muy generoso

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

El pasado día 5 de julio fallecía en Lopera a los 79 años de edad Rafael García Coca y no pasa ningún día sin que sea recordado por su familia, vecinos y amigos, pues ante todo era una gran persona. Rafalete como era conocido por todos fue el tercero de una familia de seis hijos (Catalina, Ana, Rafael, Juana, Rosa y Paquita), sus padres fueron Martín García Madueño y Rosa Coca Moreno. Rafael se crió en el seno de una familia de carpinteros en la popular calle San Sebastián. Pronto aprendió el oficio de carpintero con su padre Martín  y comenzó a trabajar de carpintero en primera instancia en Linares y en los años 60 decidió marcharse a Barcelona donde trabajo varios años en una carpintería. En 1973 regresa a Lopera y se dedica a realizar trabajos de restauración en madera y a todo tipo de actividades relacionadas con la madera que le encargaban sus paisanos siempre con la ayuda de su inseparable Francisco Jurado. Su impronta,  por ejemplo ha quedado para la historia en los bancos de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, que con gran destreza realizó con su amigo Nicolás García Hurtado. Le encantaba pasar buenos ratos de charla junto al puesto de chucherías de Francisco Madero “El cantica”, junto a sus amigos Antonio Rosales y Raimundo Sanz. Fue un apasionado del fútbol y bético convencido siendo socio de la peña del Real Betis Balompié “Manuel Ruiz de Lopera”. Sus ratos libres los dedicaba a la lectura, siendo un lector empedernido de Diario JAEN. Nunca olvidaremos su imagen sentado a la sombra debajo del mural dedicado a Miguel Hernández  leyendo la prensa diaria y mirando por encima de sus gafas. También fue un enamorado de la historia de su pueblo y un asiduo colaborador con el Cronista Oficial de Lopera, siempre que pudo asistía a la Jornadas de Historia de Lopera todas las navidades. Gran devoto y hermano de las Cofradías de la Virgen de los Dolores, Virgen de la Cabeza y del patrón de Lopera San Roque. Era un hombre de carácter firme, pero todos los que los llegaron a conocer sabían que tenía un gran corazón y era muy generoso. Era amigo de sus amigos, de los cuales presumía de tener muchos y muy buenos. Murió rodeado de los suyos. Su memoria permanecerá siempre viva en el recuerdo más íntimo de todos sus descendientes.

0 comentarios