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José Luis Pantoja Vallejo

Manuel Criado Toribio. Fue un hombre muy sensible y cariñoso

Manuel Criado Toribio. Fue un hombre muy sensible y cariñoso

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

El pasado día 27 de agosto se producía el fallecimiento del loperano Manuel Criado Toribio y no pasa ni un sólo día sin que sea recordado por sus familiares y amigos, pues ante todo era una buena persona, trabajadora y emprendedora que se desvivía por el bienestar de su familia. Manuel fue mayor de cuatro hermanos (Manuel, Nieves, Julia y Ana) y sus padres fueron José María Criado  Navarro y Vicenta Toribio Chueco. Los tres años de Guerra Civil Española los pasó con su familia en Jaén. Tras la Guerra Civil empezó a trabajar en la fábrica de harinas de Eufrasio Millán y posteriormente como oficial de albañil, trabajo que compaginaba con la recolección de la aceituna.  En 1947 se casó con la mujer de su vida Francisca Bruna Cámara  y fruto de su matrimonio nacieron dos hijos, José María y Vicenta. Manuel fue un hombre muy polifacético y le encantaba trabajar  en su casa sita en la calle Duque de la Torre, haciendo pacientemente culos de aneas para las sillas, espuertas de esparto para la aceituna, alforjas para las motos etc.  Uno de sus grandes sueños que llegó a cumplir fue el plantarle a su hijo José María 95 estacas de olivo junto a una tierra que tenía cerca de la carretera de Bujalance, llamada Los Carrascales. También le encantaba todo lo relacionado con la Guerra Civil, fue un gran colaborador en el libro “La XIV Brigada Internacional en Andalucía. La tragedia de Villa del Río y la Batalla de Lopera”. Y más concretamente en la descripción de la casería de Coronado donde varias familias de Lopera se refugiaron en las navidades del 1936, mientras se libraba en el pueblo la Batalla de Lopera entre tropas Nacionales y soldados de la XIV Brigada Internacional. Una de sus aficiones era acudir a diario al Hogar del Pensionista donde echaba sus partidas de cartas y dominó con sus amigos Juan Clemente, Francisco Muñoz, Juan Martos, Leonardo Romero, etc. Siempre se le recordará como una persona muy sensible, cariñosa, mirando siempre por su familia, nada era suyo, todo lo compartía. Conoció  en vida a sus cinco nietos (Manuel, Francisco José, Manuel, Cristina y José María) y a su biznieta Ángela con los que le gustaba jugar y pasar buenos ratos. Fue un hombre muy querido y respetado en el pueblo, amigo de sus amigos. Fue un hombre muy participativo dispuesto siempre a ayudar dentro de sus posibilidades a todo aquel que lo necesitaba y sobre todo muy trabajador y generoso. Su persona permanecerá siempre muy viva en el recuerdo más intimo de todos sus descendientes.

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