Blogia
José Luis Pantoja Vallejo

José Pantoja Lozano. Una vida entre el yunque y la fragua.

José Pantoja Lozano. Una vida entre el yunque y la fragua.

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera.

Con el fallecimiento de José Pantoja Lozano el 25 de enero de 2004 a los 73 años, se ponía el punto final a una saga de herreros. Ahora que se cumplen casi dos años de su desaparición su hijo José Luis no puede olvidar el legado de un gran padre que siempre luchó por el bienestar de sus 5 hijos (Antonio, José Luis, Beni, Petri y Marga) y el de Margarita Vallejo su entrañable compañera a lo largo de casi cincuenta años y quisiera rendirle un cálido homenaje. Tras una infancia marcada por la guerra, a los 14 años ya trabajaba José Pantoja en la herrería familiar en la calle Bartolomé Valenzuela de Lopera. Corría el año 1944 y en taller trabajaban hasta 7 operarios bajo la batuta del patriarca y maestro Antonio Pantoja Lozano. Los trabajos que se hacían eran, además de los de forja, arreglar los arados, calzar rejas, mantener los aros de los carros, etc. A José pronto se le unieron sus hermanos Antonio, Manuel y Vicente en las labores de la herrería. José Pantoja Lozano también compaginó otros trabajos con el de herrero. En los inviernos, al disminuir el trabajo por el periodo de la recogida de aceituna, ejercía funciones de tractorista con Miguel Moreno y también como maestro en el molino de aceite de Verdejo, junto a su gran amigo Antonio Hidalgo. A los pocos años de casarse con Margarita Vallejo Bellido, y embarazada ésta de su hijo José Luis, el maestro José tuvo que afrontar una operación a vida o muerte, tras rompérsele la pleura del pulmón izquierdo. Una maravillosa intervención, que marcó época a cargo del Doctor Sagaz, y le posibilitó seguir durante más de 50 años ejerciendo el oficio de herrero ganándose la vida a base de martillazos y descomunales esfuerzos junto a la fragua. Así siguió realizando gran cantidad de herrajes para todos los vecinos de Lopera y alrededores, pues rara es la casa de Lopera que no tiene algo realizado por José Pantoja. De las múltiples anécdotas vividas junto al yunque y la fragua, nuestro padre siempre recordaba y nos contaba aquella cuando en cierta ocasión se encontraba cortando un hierro en caliente en la tajadera del yunque y un trozo saltó con tal mala fortuna que fue a caer en una de las botas del aprendiz Antonio Alcalá “el Gallollo”. Al instante, éste comenzó a dar saltos, ante lo cual  el maestro, Antonio Pantoja comenzó a hacer gestos indicando como que el muchacho se había vuelto loco. El aprendiz a toda prisa y como pudo consiguió meter el pié en un cubo de agua y al momento comenzó a salir humo de la cubeta. Entonces todos comprendieron a donde había ido a parar el trozo de hierro ardiendo.  De sus aficiones habría que destacar su pasión por el fútbol y en especial por el Atlético de Madrid.  Nunca fue un fanático pero, hacía de tripas corazón cuando perdía. Qué mal lo pasó en aquella final de la Copa de Europa frente al Bayer o los dos años que pasó en segunda. En sus últimos años no sabía muy bien quienes eran sus jugadores, ni con quien jugaba cada fin de semana. Pero cuando murió, tenía en el bolsillo de su camisa un viejo bolígrafo con el escudo del Atlético y el almanaque de la temporada 2003/2004. Con él hasta la muerte. Finalmente, fueron los gases inhalados en la fragua, unidos a la huella que dejó en José Pantoja Lozano aquella terrible operación citada anteriormente, los que fueron aflorando en su salud en los últimos años de su vida hasta acabar definitivamente con él en la noche del domingo 25 de enero de 2004                                                     

                                                                          Epílogo 

                      El recuerdo del repiqueteo del martillo en el yunque

                                                        y de los silbidos acompasados,

                                                       saliendo de la herrería a borbotones,

                                                             nos acompañarán siempre.

                                          Padre, siempre estarás en nuestra memoria 

 

0 comentarios