LA ERMITA DE SAN ROQUE, PATRÓN DE LOPERA A FINALES DEL SIGLO XVIII
Por José Luis Pantoja Vallejo
La villa de Lopera contaba a finales del siglo XVIII con un total de 1601 habitantes, 444 vecinos, 290 casas y una densidad de 24,28 habitantes por km2[1]. En el apartado religioso había una Iglesia parroquial, bajo la advocación de Santa María la Mayor, 7 ermitas (Ermita del Señor San Roque, Santuario o Ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Ermita de San Ildefonso, Ermita de San José, Ermita del Cristo del Humilladero, Ermita del Castillo y Ermita Virgen de la Cabeza) además de la Ermita de San Cristóbal derruida y 3 ermitas u oratorios ( Saetal, Conde de la Lisea y Oratorio de Dª Ignacia Espejo) ubicados en las haciendas y caseríos diseminados del término. De todas las ermitas y oratorios tenemos constancia de su ubicación, descripción y estado de conservación gracias a unaVisita General de la Orden de Calatrava llevada a cabo en la Villa de Lopera en el mes de octubre del año 1799[2]. Dicha Visita General se realizó entre los días 9 y 26 de Octubre y en la misma participaron el Ldo. D. Álvaro Valcárcel y Vargas, Marqués de Medina y Caballero profeso de la Orden de Calatrava, Inquisidor honorario y Canónigo de la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla y Frey D. Ramón de Pineda y Arellano, Inquisidor de Córdoba, Prebendado de la catedral de ella, Beneficiado propio de la de San Nicolás en Córdoba. En la inspección de las ermitas y oratorios de la villa de Lopera, los Visitadores fueron acompañados de un Notario, el Cura Rector de la Iglesia Parroquial de Lopera Frey D. Carlos Jiménez de Calmaestra y de los párrocos de la villa D. Diego García, D. Fernando Antonio de Céspedes y D. José Muñoz.
En este trabajo nos ocuparemos sólo de la Ermita del Señor San Roque (Patrón de Lopera desde el año 1644) situada en la calle de este nombre, la cual fue la primera que se visitó el día 9 de Octubre de 1799 a las cuatro de la tarde. De la misma se nos dice lo siguiente: "el altar del Señor San Roque se haya colocado en un nicho de yeso estofado y sobre el plano del altar hay una imagen de San Diego de escultura, que no está decente". Los visitadores mandaron al santero de la Ermita de San Roque, Marcos Morales que entregara la imagen de San Diego(la cual no estaba decente) al Guardián del Convento de San Francisco para que se restaurara y posteriormente se colocara en la iglesia de dicho convento. En todo caso encontraron el altar de San Roque aseado y con todo lo necesario para celebrar el santo sacrificio de la santa misa. A continuación visitaron el cuerpo de la ermita que hallaron bien reparada y en una alacena que había junto al altar encontraron los ornamentos y vasos sagrados siguientes:
- Un cáliz de plata dorada la copa por dentro, su patena y cucharilla.
- Una casulla de tafetán encarnado y la cruz blanca, con su estola, manipulo y bolsa de corporales.
- Un amito y alba con encaje todo nuevo y su cíngulo.
- Una cruz que sirve en el altar.
- Una tabla de manteles con encajes.
- Dos cornualtares
- Un frontal de tela de tronco.
- Una paila encarnada y otra verde.
- Diez purificadores.
- Dos pares de corporales con dos hijuelas.
- Un atril.
- Unas vinajeras de cristal con su platillo.
- Una campanilla.
- Una lámpara de azófar.
- Una urna para que el Santero pida limosna con el santo pintado.
- Cinco esteras.
Toda la Ermita la hallaron en definitiva los Visitadores en regular aseo y decencia. Y así lo firmaron sus señorías: Frey D. Ramón de Pineda y Arellano y el Notario Manuel Peregrino de Rosales.
José Luis Pantoja Vallejo
Dr. en Historia y Cronista Oficial de la Villa de Lopera
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