IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes Saavedra y su relación con la Villa de Lopera
Por José Luis Pantoja Vallejo
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En este emblemático 2016 cuando se conmemora el IV Centenario de la muerte del insigne Miguel de Cervantes Saavedra, he querido sumarme a ésta efemérides, con la aportación de algunos datos sobre Cervantes y su relación con la noble villa de Lopera.
Para situar su paso por Lopera habría que remontarse al día 20 de abril de 1591, cuando el rey Felipe II (que oportunamente hay que recordar que concedió el título de villa a Lopera) nombró como Proveedor General de las galeras de España a Pedro de Isunza, el cual tomó a su cargo a muchos de los hombres que en años anteriores habían trabajado para el aprovisionamiento de las galeras y entre ellos se encontraba Miguel de Cervantes y Saavedra, quién junto a Diego Ruy Sáenz fue comisionado el día primero de octubre de 1591 para adquirir trigo, cebada, habas, garbazos y otros bastimentos para el aprovisionamiento de las galeras reales1. En conjunto se precisaba la cantidad de 60.000 fanegas de trigo y cebada y toda la cantidad de habas y garbanzos que hallasen. Para hacer frente a su adquisición el rey Felipe II va a librar la cantidad de 200.000 ducados. Las operaciones de compra y de embargo de los granos se tenía que hacer ante la presencia de la justicia y del escribano público que levantaba acta de todo lo que se llevaba a cabo. Normalmente las gestiones para conseguir el grano se hacían a través del Cabildo que actuaba como intermediario y de esta manera los comisarios se evitaban el problema de tratar directamente con el vecindario que no quería vender, ni estaba dispuesto a que se le embargasen sus cosechas. El salario de Cervantes en su condición de Comisario General era de 400 maravedíes diarios o sea de 11 reales y 26 maravedíes2. El precio del trigo se llegó a pagar en torno a los 14 reales la fanega y a los 6 reales la fanega de cebada3. La presencia de Miguel de Cervantes en nuestra villa está constatada en varios documentos de la época, cuando éste era Comisario para la recaudación de grano para las Galeras. Así sabemos que al menos entre el 22 y el 25 de febrero de 1592, Cervantes estuvo en Lopera, donde recaudó para la Armada Invencible la cantidad de 200 fanegas de trigo y 60 fanegas de cebada4 e incluso llegó a pernoctar en la Posada de la Cruz, sita en la calle Real y que a pesar de contar con más de cuatro siglos mantiene un buen estado de conservación, si bien poco se ha hecho desde los organismos oficiales para dar a conocer este notable edificio y por, al menos, poner en los muros de su portada alguna placa que recuerde para la posterioridad el paso de Cervantes por la localidad. Por más que he buscado en nuestro Archivo Histórico Municipal, no aparece ninguna cita que atestigüe, el paso de Cervantes por Lopera, sibien hay que resaltar que lamentablemente no se conservan las Actas Capitulares (Sesiones de Plenos) de este año. A pesar de ello se disponen de algunos estudios que vienen a confirmar su presencia en el Pósito que mandó fundar en el año 1572 Don Gome Manrique, para recaudar grano con destino al mantenimiento de las galeras reales. El Pósito o Casa de la Tercia, también sería otro lugar donde debería aparecer alguna placa que recogiera la fecha y el paso de Cervantes por el lugar. No hay que olvidar que en muchos documentos municipales también se hacen eco de la existencia de otro posito municipal, ubicado en las Casas Consistoriales, que no son las actuales, pues éstas datan su construcción del año 1605. Los documentos donde se recoge el paso de Cervantes por Lopera y por otros pueblos de la comarca de Andújar se encuentran en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Jaén y también hay algunos datos en los del Archivo Histórico Municipal de Jaén. Sea como fuere lo único que ha llegado a nuestros días con relación al paso de Cervantes por Lopera, aparte de la citada Posada de la Cruz y el Pósito, es el nombre que hace gala de llevar nuestro Colegio de Educación Infantil y de Primaria, uno de los edificios educativos con más solera de la provincia y que encierra una extraordinaria belleza, el nombre de una calle ubicada en el popular Barrio de la Esperanza y las magníficas ediciones del "Quijote" (la más antigua del año 1.782) que conserva nuestro bibliófilo local, Francisco Ruiz Palomo en su biblioteca particular. ¡Aún estamos a tiempo de hacer algo más para conmemorar ésta efemérides!
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