En esta mañana primaveral de Jueves Santo nos hemos vuelto a encontrar en la puerta de su casa y sentado en su vieja silla de aneas a nuestro entrañable Bartolomé López Coca, que a sus bien llevados 88 años sigue realizando con paciencia y gran destreza las jaulas para el reclamo de la perdiz. Un arte en vías de extinción.
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
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