El Oficio de Vinatero en la Villa de Lopera en el siglo XX.
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
La proliferación del viñedo en los años 50 y 60 del siglo XX y la fundación de nuevas bodegas, trajo consigo que varios loperanos opten, como medio de vida, por la venta ambulante del vino de Lopera por pueblos, caseríos y cortijos de las provincias de Jaén y Córdoba. Así nacía la figura del Vinatero.Los medios para transportar el líquido, que hizo suspirar a los dioses, fueron evolucionando desde las bestias con serones de esparto, pasando por las bicicletas, motocarros y finalmente con furgonetas o camiones. El vino se llevaba en pellejos de piel de cabra y posteriormente en garrafas o damajuanas de vidrio. Así varios loperanos mantenían una estrecha relación con las bodegas retirando el vino de la que obtenían más ventajas. Dentro de los vendedores hemos de recordar a José Acevedo Agudo “Romano”, los de “Antón”, Rafael y Pedro Quero Melendo; los hermanos Francisco (Foto 2 en bestia y 3 en bicicleta) y Pedro Lara Cabezas y los hermanos Diego y Benito Artero Cerrillo. Tanto de Benito Artero, como de Rafael Quero, conocemos los lugares que durante más de 40 años frecuentaban vendiendo vino de Lopera. Benito Artero, hacía varios recorridos, uno de ellos era por la Sierra de Cardeñas-Montoro a los pagos de La Torrecilla, La Prensa, Minas de Vidrio y Venta del Charco. Otros días tenía otro recorrido por el Partido de Martos, por los pueblos de Porcuna, Arjona, Escañuela, Villardompardo, Torredonjimeno, Martos e Higuera de Calatrava. El último de los recorridos giraba por la provincia de Córdoba por los pueblos de Cañete de las Torres, Bujalance, Castro del Río y Baena. En todos ellos vendía vino Cinco de Oros, Fino Cañamero, Fino Raya, Entrefino y Vino Corriente. En cuanto a los medios de locomoción para trasladar los vinos, primero fue con caballerías, después con un motocarro, continuó con un Citroën dos caballos y finalmente con una furgoneta Sava. En cuanto a Rafael Quero Melendo (Foto 1con bestias y 4 en las bodegas Herruzo), comenzó a vender vino en el año 1955 con dos bestias y garrafas de vidrio de 16 arrobas. Posteriormente compró 2 pellejos de piel de cabra de Sigüenza, que le costaron a 1.000 pesetas cada uno y en sus múltiples viajes también vendía botas de vino a 9 duros la unidad. Los pagos donde llevaba el vino eran del término de Montoro y Adamuz (Córdoba). Entre otros recuerda El charco el Novillo, La Encarná La Loma el Rayo, El Madroñal, La Torrecilla, El Molino el Miedo y Santa Brígida. Cuando el negocio estaba en sus pompas, llegó a vender a la semana hasta 4.000 litros de vino y fue a partir del año 1975 cuando las ventas se vinieron abajo. Además del vino de Lopera, también llegó a vender vino de Montemayor (Córdoba) y de La Mancha y aguardiente de Rute (Córdoba) y de Andújar de las destilerías Riska. Hoy con los avances en los medios de comunicación y el abandono de las viviendas rurales han dado al traste con un oficio que tuvo su importancia en la villa de Lopera en el siglo XX.
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