Las farolas de sandías para alumbrar al Patrón San Roque, una tradición que se remonta en Lopera al siglo XVI
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
Hoy en la antesala de la festividad de San Roque, Patrón de Lopera, es costumbre en nuestro pueblo que las madres y abuelas hagan las típicas farolas con la que alumbrar mañana los niños en la procesión de San Roque. Esta vieja tradición de hacer farolas de sandías se remonta al menos al siglo XVI, cuando eran utilizadas en tiempos del dominico loperano, Fray Francisco de la Cruz García Chiquero, considerado el Primer Mártir de la Inquisición americana, muriendo en Perú en la hoguera en el año 1578, tras un largo proceso inquisitorial. La preparación de las luminarias o farolas de sandía son muy sencillas y consisten en vaciar la pulpa de la sandía, acto seguido y con suma delicadeza y tranquilidad se le van haciendo en la piel exterior de la sandía unas incisiones con una navaja representando elementos decorativos como escaleras, estrellas, sol, luna, macetas, que se alternan con el nombre del niño. A continuación en la parte inferior y lo más centrado posible se le hace a la sandía un orificio pequeño y se introduce en el mismo una vela, y a través de las incisiones que se le han realizado servirán para que traspase la luz de la vela cuando esta se encienda, produciendo un carácter un tanto esotérico en la oscuridad de la noche loperana. Se finaliza la luminaria o farola haciéndole en la parte superior de la embocadura dos orificios, uno a cada lado, en los cuales se les atarán una cuerda o cinta de unos cincuenta centímetros de largo que se utilizará para llevar la farola manualmente.
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