"Poemario", nuevo libro de Antonio Hueso Borrego. Entrevista y video en Mijas Comunicación.
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
Antonio Hueso Borrego es un gran amante de la literatura. Nacido en Madrid, estableció su residencia en la localidad de Fuengirola en 2002. Sus primeras composiciones poéticas se remontan a 1993, aunque fue en 1999 cuando su vida sufre un gran cambio. Un accidente de tráfico le provocó una lesión medular que le obliga desde entonces a moverse en silla de ruedas. Este hecho marcó también un cambio en su creación literaria. Hueso afirma que desde la lesión comenzó a leer más, lo que le ha producido un enriquecimiento tanto en la temática elegida como en el vocabulario que utiliza. ‘Poemario’ recopila 30 trabajos de Antonio Hueso, son textos escritos y recitados, y fotografías que nos trasladan al periodo 1993-2011. El autor define la obra como “muy intimista, sentimental y casi toda muy autobiográfica”. Con su literatura, Antonio Hueso envía un mensaje: “Con mi literatura, quiero reivindicar la situación de las personas con discapacidad”, añade el poeta. Durante la presentación, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Las Lagunas, Hueso estuvo arropado por familiares, amigos y miembros de la Asociación Española Contra el Cáncer, organización a la que destinará la recaudación que obtenga con la venta de ‘Poemario’.
Para ver la entrevista, haz click AQUÍ.
Entrevista Mijas Semanal. ¿Qué nos ofrece ‘Poemario’?
Antonio Hueso. Son mis mejores 30 poemas, en ellos atravieso por varias etapas… arrancamos en el año 93 hasta 2011. Al ser amplio en los conceptos que trato, he querido usar un título más genérico como ese.
M.S. ¿Dónde transcurre su infancia?
A.H. Soy natal de Madrid, pero con siete años me trasladé a la provincia de Jaén, allí viví en Aldeaquemada dos años y luego en Lopera. A primeros de julio de 2002 me instalo en Fuengirola hasta entonces.
M.S. ¿De dónde viene su afición por la literatura?
A.H. De observar a mis padres, sobre todo, a mi madre. Siempre me ha gustado la literatura, a pesar de haber estudiado por ciencias, tras el bachillerato, me fui a estudiar F.P. a Montoro, en Córdoba, a la rama de electricidad y electrónica. Como vivía en el pueblo, allí casi nadie se salvaba de ir al olivar a trabajar aunque fueses estudiante, esto tampoco me distraía de seguir leyendo. Es difícil leer literatura cuando uno ha estudiado ciencias, la afición viene desde la E.G.B.
M.S. ¿Cómo acaba siendo fuengiroleño?
A.H. Desde siempre me ha gustado la costa, por eso me veo aquí. Me ha atraído mucho el mar, la sensación de libertad. Lo que se respira en la costa no se respira en medio de un olivar jiennense.
M.S. ¿Cómo fue el accidente?
A.H. Fue el gran cambio de mi vida y transcurrió porque había obras en mal estado. A las 7 de la tarde del 15 de febrero del 99, yo y otros coches que iban por delante, no vimos las señales adecuadas que debían haber colocado. Estaba todo lleno de gravilla. Después de frenar se me fue el coche hacia la mediana y volqué, el techo me aplastó las cervicales, de ahí que tenga la lesión medular alta.
M.S. ¿Comienza a escribir a partir del accidente?
A.H. No, llevaba ya seis años escribiendo en ese momento.
M.S. ¿Pero hay un cambio en su poesía a partir del accidente?
A.H. Sí, aunque no del todo. Yo noto el estilo diferente prácticamente desde que llego aquí a Fuengirola. La evolución es, sobre todo, porque al quedarme tetrapléjico leo más, me atrae mucho refugiarme en la lectura, mi vocabulario se enriquece. Ya escribo no tanto al amor ni al desamor, es un estilo más abstracto, más cultivado. Una poesía que quizás llega más a las personas acostumbradas a entender, leer y comprender esta. No como antes del accidente, que escribía lo que sentía cuando uno conoce a una chica, la abandona, etc.
M.S. ¿Y el principal cambio que siente a título personal?
A.H. Las relaciones personales. El círculo de amistades es más íntimo y se reduce. Si tengo a diez personas en la agenda, se que estas diez personas vienen en situación de emergencia; antes no necesitaba ni agenda y menos viviendo en un pueblo donde casi todos nos conocemos. La vida en la ciudad es más fría en cuanto se refiere a las relaciones con las personas.
M.S. ¿Qué nos quiere contar en su poesía?
A.H. Es muy intimista, sentimental y casi toda muy autobiográfica. La mayoría de los poemas de mi ‘Poemario’ datan de mi etapa anterior al accidente, después de ese acontecimiento hay poca creación, pero más lectura, más reflexión y observación. Me dedico más a reivindicar la discapacidad, redactando cartas para la eliminación de barreras arquitectónicas.
M.S. ¿Reivindicar la discapacidad?
A.H. Sí, me gustaría mucho más lo de reivindicar la discapacidad para que se eliminen barreras arquitectónicas, sociales y, que no se nos consideren personas asexuadas. Que puedas estar en un mundo en el que no te dé vergüenza ser como eres ante los demás. En nuestro mundo, el hecho de que vayas en silla de ruedas, fácilmente eres un objeto de persuasión, de distracción… más cuando le toca a tu familia o seres queridos. Por ejemplo, yo siempre llevo una botella de agua en una mochila colgada en la silla y, cuando quiero beber, me atienden mucho más las personas mayores que las jóvenes. Si les dices que te llamen para abrir la puerta del banco, los jóvenes te miran como si les estuvieras gastando una broma.
M.S. ¿Podemos decir que su poesía es su forma de comunicarse con el mundo?
A.H. Mi literatura puede ser una herramienta para reivindicar la situación de las personas con movilidad reducida. Ahora, existen medios tecnológicos que aún teniendo una discapacidad como la mía, te permiten desenvolverte con mucha soltura. También y, sobre todo, deseo animar a aquellas personas que se encuentren peor o mejor que yo, que las hay, y que se encuentran bajos de moral, a que piensen que todos tenemos un valor. Echo de menos que en Fuengirola no haya una asociación de discapacitados, sé que antes la había.
0 comentarios