Recuerdos en torno al Mes de Mayo y el Mes de María en Lopera
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
En este pequeño trabajo quisiera hacer un repaso de cómo vivíamos los niños de Lopera el mes de mayo en la década de los años 70 del pasado siglo XX. Aún recuerdo que para nosotros suponía un cambio radical, pues la llegada de la primavera y el buen tiempo, incidía de una manera muy notable en nuestras propias vidas y actividades. Recuerdo con nostalgia mi Primera Comunión con el reparto incansable de estampitas recordatorias entre familiares, vecinos y amigos de la familia con el fin de recaudar algún dinerillo, no sin antes haber degustado el chocolate con tortas que sufragaba el ayuntamiento en la galería del colegio. Los días previos a San Isidro y el montaje de las carrozas que salían en procesión por la tarde del Día de San Isidro y la entrega de premios en la puerta principal de la iglesia. El comienzo el 15 de mayo de la temporada de cines de verano (El de Manuel y el de Cerrillo). También aparecía por nuestras calles un personaje muy asociado al calor que con voz inconfundible decía “a helaooo”, era el vendedor de helados con su carro de franjas azules y blancas, al que nos acercábamos y le decíamos ¡Moreno dame un corte de a duro!. También recuerdo las primeras excursiones a la Verja para “coger arrezú” y al Salado por tortugas, ranas y renacuajos. De la etapa escolar la que recuerdo con más cariño era el Mes de María. En nuestro colegio siempre se celebró durante todo el mes de mayo el Mes de María en la galería de arriba, en la cual se instalaba en un altar repleto de hermosas flores la Virgen Niña. Varias maestras recuerdo que trabajaban en los días previos de mayo en el montaje del altar (Lucía García, Mª Digna Martínez, Mª Concepción y Anita Melero, Pili Bellido, Ana Coca, Rosita Vara etc.). Los niños por turnos llevábamos cada día del mes de mayo un ramo de flores, que nuestras madres, abuelas y vecinas nos preparaban y que servían para renovar las flores cada día del altar de la virgen. Todas las tardes del mes de mayo sonaba el timbre a las 4,30 de la tarde (había clase todos los días por la tarde) y en silencio nos congregábamos todos los niños y niñas del colegio en la galería de arriba en torno al Altar de la Virgen Niña. Allí rezábamos el Santo Rosario y recuerdo que algunos niños decían poesías dedicadas a la Virgen y unas canciones que siempre quedarán grabadas en nuestros corazones, como aquella que decía:
“Es María la blanca paloma (bis)
que un día en España (3 veces)
la vieron volar.
En el centro de una hermosa nube (bis)
vino a Zaragoza (3 veces)
en carne mortal.
Y santiago que ya lo sabía (bis)
a orillas del Ebro (3 veces)
la salió a esperar.
Desde entonces los hijos de España (bis)
la llamamos Madre (3 veces)
Madre del Pilar.
También se celebraba el Mes de María en la Ermita de Jesús por las Hermanas de la Cruz. Recuerdo que el mismo tenía lugar a las 6 de la tarde y que difería con el del grupo escolar, pues las monjitas decían una letanía, después el Santo Rosario y finalmente las canciones a la Virgen María que eran acompañadas por el órgano que tocaba entre otras las hermanas San Rafael, Hermana Corazón, Hermana Celia etc. y que una decía así:
“Venid y vamos todos con flores a María
con flores a Porfía
que madre nuestra es.
Venid, venid, venid y vamos todos
venid, venid, que madre nuestra es. Estribillo.
De nuevo aquí nos tienes
Purísima doncella,
más que la luna bella
postrados a tus pies.
Venid, venid, venid y vamos todos
venid, venid, que madre nuestra es. Estribillo
Ahora con el paso del tiempo todas estas tradiciones se han ido perdiendo, ya que no hay cine de verano, se perdió el vendedor de helados, nadie va por “arrezú” a la Verja, ya no se va por tortugas y ranas al Salado y tampoco se celebra el Mes de María en el colegio y a duras penas se mantiene en las Ermitas de San Roque y de Jesús.
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