Desmantelan la antigua Fábrica Cabrera, todo un simbolo presente en la Historia de Lopera desde el año 1894
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
En estos días previos a la entrada de la primavera nos encontramos los loperanos como uno de los símbolos de la entrada a la localidad por la Carretera de Porcuna, la antigua Fábrica Cabrera, está dando sus últimos suspiros, puesto que unos operarios y varios camiones la están desmantelando. Han sido casi 120 años los que tiene de vida sus viejas paredes y sus últimas maquinarias como homenaje aqui tenéis parte de su historia:
Todo arranca un 21 de julio del año 1894, cuando el vecino de Lopera, José Cabrera y Montilla, presentó al Ayuntamiento de Lopera, presidido por Eduardo Alcalá Monzó una instancia en la que solicitaba lo siguiente: Que tengo proyectada la construcción de una fábrica para la extracción de aceite de orujo de oliva en el término de esta villa, sitio de las Cruces próximo a la carretera provincial que pasa por este pueblo y termina en la general de Madrid a Cádiz. Que con arreglo al plano y estudio que se ha hecho, la cerca del edificio ha de construirse a un metro veinticinco centímetros de la cuneta de la expresada carretera, contados desde el límite exterior de la misma.
Que el edificio de la fábrica y depósito de sulfuro dictarán veinticinco metros de la dicha carretera y veintitrés setenta y cinco del muro o cerca donde ha de tener entrada esta fábrica. Que siendo para esta clase de construcciones obtener el permiso de su autoridad previo informe del Sr. Ingeniero Director de Carreteras Provinciales con arreglo a lo dispuesto en el capítulo tercero del Reglamento para la Construcción y Policía de Carreteras. Por último se argumentaba que la instalación de esta fábrica no tendría perjuicio alguno y en cambio si tendría un beneficio para los intereses locales de la industria olivarera. Tras estudiar la instancia, el Alcalde dio autorización para que la misma fuese remitida a la Comisión Provincial, para que si lo estimase procedente, emitiera informe el Sr. Ingeniero Director de Carreteras Provinciales, Leopoldo Soler. y señalase la distancia y alineación de la obra proyectada. La Alcaldía adjuntó al informe lo siguiente: “que era muy conveniente a los intereses de la industria olivarera la construcción de la referida fábrica y que su ubicación en relación a la distancia de los depósitos de sulfuro a la carretera y a la población no revestían ningún tipo de alarma”.
El 15 de octubre de 1894, la Dirección de Carreteras Provinciales concedía la Licencia para la construcción de la fábrica de aceite de orujo de oliva, bajo el cumplimiento de las siguientes condiciones:
a)Que la línea de la fachada del muro de cerca sea paralela al eje de la carretera y separada un metro y 25 centímetros del borde exterior de la cuneta.
b)Que el plano superior del cimiento del referido muro ha de quedar a la altura de la cuneta de la carretera.
c)Que el paso para vehículos en sitio de acceso al edificio tendrá tres metros de ancho y para la cuneta por medio de un caño de 40 centímetros de luz por otro tanto de altura, cubierto con losas de tapa de un espesor y resistencia.
d)Que se ha de afirmar el paseo de la carretera en la extensión que comprende el transito al edificio.
e)Que será de cuenta del concesionario la conservación y reparación de estas obras, con sujeción a las instrucciones del personal facultativo de la carretera.
Tres días después, el 18 de octubre, el Alcalde Constitucional de Lopera, Eduardo Alcalá Monzó, concedía la Licencia para que se pudieran comenzar las obras de la fábrica de extracción de aceite de orujo de oliva, toda vez que el expediente recibido de la Dirección de Carreteras Provinciales de Jaén, era favorable para la edificación de la fábrica. La fábrica comenzó ha funcionar bajo la dirección de José Cabrera y Montilla, hasta el año 1912, que fue adquirida por José Labourdette Caballero y pasó a denominarse “La Loperana” fábrica de extracción de Carboncilla, Orujo y Jabones. Posteriormente en los años 40, pasó a manos de Hijos de Daniel Espuny, llegando a funcionar la misma como extractora de aceite de orujo de oliva hasta el año 1977, que cerró definitivamente sus instalaciones. Hoy después de un siglo de vida, sólo quedan testimonialmente su esbelta chimenea y un grupo de palmeras que dan un cierto aire exótico a la entrada de Lopera, su vieja fachada con sus rótulos casi borrados, su inmensa alberca circular donde muchos loperanos aprendieron a nadar y un montón de recuerdos en sus muros. Por sus instalaciones han pasado gran cantidad de generaciones de trabajadores de Lopera, siendo, Vicente Vadillo Cuevas el último de sus maestros. Este edificio junto a la era “Barajas”, ha sido durante muchas décadas todo un símbolo de progreso industrial de un pueblo eminentemente agrícola y ha servido para recibir a todos los que accedían por la carretera Comarcal 327 Andújar-Lucena, en dirección Porcuna-Lopera. Hoy en pleno siglo XXI nos quedamos con el sonido inconfundible del “pito” de la chimenea de la fábrica Cabrera, conocido por todos como “La Becerra”, que anunciaba la entrada al trabajo a las 8 de la mañana, a las 13 horas la comida del mediodía, a las 14 horas el cambio de turno y a las 20 horas el final de la jornada, el cual siempre será recordado por todos como el sonido que marcaba el pulso de la vida cotidiana de los loperanos.
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