Algunas consideraciones sobre las fiestas en honor a los Santísimos Cristos de la Vera Cruz y del Humilladero.
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
Fue en el verano de 1996 cuando a instancias de mi buen amigo Pedro Luis Medina Román me embarque en la elaboración de un pequeño libro bajo el título “Nuevas Fuentes Documentales sobre el Origen de la Soldadesca del Stmo. Cristo del Humilladero en el I Cincuentenario de su Reorganización. Lopera 1946-1996”, ahora con la perspectiva de haber pasado casi tres lustros quisiera aportar nuevos datos sobre el origen de la Hermandad del Cristo de la Vera Cruz y de la Soldadesca del Santísimo Cristo del Humilladero, así como recordar algunas tradiciones que lamentablemente se están perdiendo con el paso del tiempo y que forman parte de la idiosincrasia de nuestras fiestas de los Cristos.
Sobre el origen de nuestros Cristos he recuperado un documento que se encuentra en el Archivo Histórico Municipal de Lopera que data del año 1772 y que fue redactado por el Prior de la Iglesia Parroquial de Lopera, Francisco de Cuenca y Lara en cumplimiento de un Auto por una Real Orden de su Majestad sobre que pusiera relación de las Cofradías, Hermandades y Juntas que había en Lopera en esta fecha y sobre las que nos ocupa dice lo siguiente:
“La Hermandad del Santísimo Cristo titular de esta villa y se reduce a una Junta de los primeros sujetos eclesiásticos y seculares que son de los que se compone esta Hermandad la que fundaron a doce días del mes de septiembre de mil setecientos y siete sin alguna aprobación del ordinario cuya Hermandad no tiene caudales algunos ni hacen otra demanda que salir un día por las calles en la que juntarán anualmente ciento y cincuenta reales poco más o menos y en la función que esta hermandad celebra anualmente en el último domingo del mes de agosto a dicho Señor Crucificado su titular con música, fuegos, procesión y toda solemnidad se gastan mil reales repartiéndose a prorrata entre los hermanos que componen la dicha Hermandad sin ser de otro modo gravosa al pueblo.
La Hermandad del Santísimo Cristo del Humilladero que se venera en su ermita extramuros de esta villa, la fundaron por el mismo tiempo que la antecedente y se hicieron por los mismos fundadores que fueron los pastores y hombres buenos de esta villa en diferente cabildos y acuerdos para su subsistencia hasta que en el día veinte de abril del año pasado de mil setecientos setenta y uno hicieron varias constituciones que observan y se reducen a disponer la función que anualmente celebra dicha sagrada imagen en el día siguiente a la primera función del Santísimo Cristo de la villa como se dice antecedentemente, cuya función solemne con fuegos, música, procesión y demás solemnidades ascienden anualmente a cien ducados, los que salen del producto de veinte y seis ovejas que tiene la Hermandad y de la limosna de calles que subirá a diez pesos y lo demás se reparte entre los Hermanos que serán hasta cuarenta poco más o menos sin ser de otro modo gravosa al público esta Hermandad ni ocuparte en otra cosa”
Algunas tradiciones olvidadas.
En una de mis múltiples conversaciones con D. Bartolomé Alcalá Gutiérrez, el entrañable Bartolo el de los “Cerezos”, me transmitió algunas viejas tradiciones en torno al Cristo Chico y que hoy quisiera dar a conocer, con el deseo del que esto escribe que se llegaran a recuperar y que los hermanos de la Soldadesca las pudiéramos transmitir a las futuras generaciones.
1. Rendición de promesas ante el Cristo Chico
Después de celebrase los actos en honor del Cristo Chico se pasaba pena a los hermanos que tuvieran promesas en el pórtico de la ermita, a continuación con una romana se pesaba a la persona que tenía la promesa y su peso lo daba a la hermandad en trigo o el equivalente en dinero.
2. Derechos de los hermanos en activo
· Cuando un hermano del Cristo del Humilladero muere en Lopera se le paga la misa y le acompañarán 3 banderas (en el caso de que sea la mujer la que falleciera antes que él, le acompañarán 2 banderas y por cada hijo 1 bandera).
· Cuando un hermano del Cristo del Humilladero muere fuera de Lopera, se le entregará el dinero para la misa a la familia, la cual ha de justificar que ha sido enterrado católicamente.
3. Deberes del Capitán, alabarderos y abanderado
· El Capitán de la Soldadesca está obligado a invitar a todos los hermanos a 2 vueltas de vino de Lopera y garbanzos tostaos después de la fiesta del lunes de Cristos y el martes después de la fiesta y procesión del Cristo Chico.
· El 1º Alabardero está obligado a invitar a 2 vueltas de aguardiente y dulces después de la alborada del lunes de Cristos.
· El 2º Alabardero está obligado a invitar a 2 vueltas de aguardiente y dulces después de la alborada del martes de Cristos.
· Abanderados está obligado a invitar a 2 vueltas de vino y garbanzos tostaos siempre que la bandera salga o entre en su casa.
4. Relevo de Capitanes de la Soldadesca
En la procesión del martes de Cristos a la altura del llanete que hay en la calle Bartolomé Valenzuela (hoy García Lorca) avisados por el regidor de la hermandad, formarán junto al paso del Cristo del Humilladero los capitanes, alabarderos y abanderados (entrantes y salientes). Acto seguido el Capitán saliente se arrodilla ante la imagen del Cristo y dice la siguiente letanía:
“Santísimo Cristo del Humilladero, gracias por la protección que me has dispensado durante mi mandato y espero de tu bondad infinita me la sigas prodigando para que con el mismo entusiasmo y fe siga sirviendo tu causa”
A continuación deja el bastón de Capitán sobre las andas del paso y se produce un abrazo entre capitanes saliente y entrante. Acto seguido el Capitán entrante coge el bastón y se arrodilla ante la imagen del Cristo y dice la siguiente letanía:
“Santísimo Cristo del Humilladero me arrodillo ante ti para pedirte protección y jurarte que durante mi mandato he de defenderte y servirte con todo mi poder y saber”
Durante el acto de relevo de Capitanes se colocará el clero a la derecha de la imagen, a la izquierda las autoridades y los alabarderos y abanderados a ambos lados. Por último abogo desde mi humilde condición de cronista para que en los programas de la feria de nuestro pueblo aparezca como siempre ha sido hasta hace unos años, el encabezamiento de “Feria y Fiestas en honor a los Santísimos Cristos de la Vera Cruz y del Humilladero”. Hasta aquí mi pequeña contribución a la historia de nuestros Cristos y ojala seamos capaces de recuperar estas entrañables tradiciones y dar más esplendor a la Feria y Fiestas de nuestra entrañable Lopera.
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