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José Luis Pantoja Vallejo

La Fundación de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno en Lopera en el año 1630. Estatutos y Enseres

La Fundación de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno en Lopera en el año 1630. Estatutos y Enseres

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

 

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús es acogida con gran fervor por muchos loperanos, no en vano es una de las Hermandades que más arraigo y devoción tienen en la villa de Lopera. Su fundación se remonta al año 1630, según se desprende de un Certificado expedido en cumplimiento de una Real Orden de S. M. y fechado el 10 de enero  de 1772. Dicho certificado fue realizado por el Prior de la Iglesia Parroquial de Lopera, el Licenciado Frey Francisco de Cuenca y Lara. En su contenido, además, se recogía que la Cofradía de Ntro. Padre Jesús estaba unida con la de la Santa Cruz y que en aquel tiempo era conocida en la localidad como la de Santa Lucía. La misma, fue fundada por un grupo de hombres buenos de Lopera y se regía por unas constituciones, siendo su fin último y en el que gastaba sus rentas,  el de solemnizar las tres procesiones de Semana Santa en memoria de la Pasión del Señor. En esas funciones se gastaban: 250 reales en una arroba de cera en velas; 140 reales en tres sermones que se predicaban y 83 reales por los derechos parroquiales de las tres procesiones. También invertía esta Cofradía 25 reales y 8 maravedíes en la celebración de la Fiesta de Santa María Magdalena y por último la Hermandad pagaba anualmente  al Capellán de la Cofradía 76 reales por 33 misas rezadas en la parroquia.

            Ya en 1751, nos encontramos que estaba al frente de la cofradía D. Francisco Javier de Cevallos Padura y Gallo, originario y vecino del Valle de Buelna (Montañas de Santander) del cual sabemos que contribuía al mantenimiento de la cofradía con 200 reales que se gasta anualmente en la renovación del estandarte, túnica y cera de la Cofradía de Jesús Nazareno de Lopera para la procesión del Viernes Santo cuyo alferezazgo posee dicho D. Francisco Javier.

         Por otro documento fechado en 1774, tenemos conocimiento que el mencionado,  D. Francisco Javier de Cevallos Padura y Gallo, era el Alférez  Mayor de la Villa de Lopera y por tanto el encargado de sacar el Pendón de Alférez de la Cofradía de Jesús Nazareno de Lopera. Aunque justamente en este año no pudo asistir y delegó para que el Pendón fuera sacado en la procesión del Viernes Santo por la mañana, lo hizo en la potestad de su yerno D. Miguel de Montilla Padilla (el cual estaba casado con su hija y a la vez era el encargado de sacar el Pendón de la Soledad de la villa de Lopera) Teniente de Alférez Mayor de la villa de Lopera. Siguiendo el transcurso de la historia de esta Cofradía y dando un salto en el tiempo, llegamos hasta el año 1844 cuando la cofradía tiene un gran impulso propiciado por la entrada de 21 nuevos hermanos, que unidos a los 39 existentes llevarán a cabo la redacción de unos nuevos Estatutos, que se fueron ampliando con el paso del tiempo y que se conservan en el Libro de Actas de la Cofradía, custodiado en la actualidad en el Museo Parroquial de Lopera. En el primer acuerdo, además de los nuevos estatutos o reglas, también se recogieron los enseres que la hermandad tenía que eran: “un Estandarte de Damasco galoneado de plata bastante servido con Cruz de plata, un Cetro de lo mismo, dos incensarios de metal con su naveta, cuatro orquillas, un arca de madera de pino inservible con una porción de codales raspados y cuatro libras de cera en cabos”. Los nuevos estatutos aprobados se agrupaban en 12 puntos que eran los siguientes:

             

1.      Todos los años se nombrará un hermano mayor y dos consiliarios. El 1º tendrá el cargo de custodiar el Estandarte con la Cruz de Plata y cera renovándola a su tiempo, aunque esta operación ha de practicarse con intervención y acuerdo del depositario que tenga nombrado la hermandad.

2.      El hermano mayor llevará el Estandarte con la Cruz de Plata en las procesiones y en el sitio acostumbrado. Los dos Consiliarios cada uno con su cetro y ocupando el lugar correspondiente harán observar el orden en las mismas.

3.      Las entradas en casa del hermano Mayor serán dos; el jueves santo en la tarde a tomar la cera y el viernes en la noche a dejarla y liquidar cuentas. La de los Consiliarios 1º, el jueves santo en la noche y viernes por la mañana. Las del 2º Consiliario a la salida de la procesión del viernes de mañana y en la tarde del mismo.

4.      Será obligación del Hermano Mayor y Consiliarios poner los escaños necesarios para la hermandad en el sitio que desde tiempo inmemorial le corresponde.

5.      Todos los años se nombrará un Secretario Depositario para la recaudación y manejo de fondos, el que suministrará los que se necesiten para los gastos que ocurran. El que presentará la debida cuenta y examinada por los hermanos la aprobarán o repararán según los méritos que arroje, lo mismo se observará con los individuos que componen la Junta.

6.      Será indispensable tener catorce años cumplidos, el que haya de hermano en esta cofradía.

7.      Para poder asistir a las procesiones cualquiera de los individuos pertenecientes a esta corporación ha de presentarse vestido con túnica de holandilla morada y sin este requisito será expulsado de ella por los Consiliarios, y del mismo modo ha de llevar para el alumbrado una vela de  cera de una libra.

8.      Ningún hermano podrá ser sustituido por persona alguna con el objeto de que haga sus veces en los actos de procesión, aunque se alegue ser hijo o pariente o causales de cualquier otra especie.

9.      Todo el que solicite entrar de cofrade si lo hiciese reconociendo o representando a su padre, pagará por razón de entrada siete reales y medio, más sino mediase esta cualidad será cantidad duplicada y todo lo que se recaude por este concepto se entregará al Secretario Depositario para que entren en los fondos de la corporación.

10.   Cuando muera alguno de los hermanos tiene su familia derecho a que el Estandarte y seis velas se lleven gratis a su entierro, más si otra persona que no tuviese la referida calidad, solicitase el Estandarte para cualquier entierro pagará cuatro reales que entregará la Secretario con previo aviso al mismo de el hermano mayor. A la mujer e hijos de los hermanos se le concede el Estandarte y las seis velas gratis.

11.  Al fallecimiento de cada hermano le abonará la hermandad su entierro menor y el estipendio de doce misas a cuatro reales.

12.   Todas las reglas que anteceden  y vienen  a formar los Estatutos con que ha de regirse esta hermandad, son los que han de tenerse presentes para resolver las dudas que puedan ocurrir y para ello todos conformes les dan la mayor fuerza y validez, sin embargo si por circunstancias particulares hubiese necesidad de modificar el todo o parte de ellas o por otro concepto aumentarlas, lo hará la referida corporación estampando para ello su oportuno acuerdo. Lopera a 12 de abril de 1844.”

 

Dentro de los enseres que la Cofradía conserva celosamente en la Ermita de Jesús, hemos de destacar la túnica de Ntro. Padre Jesús Una túnica que guarda en sí misma una historia digna de ser contada.

Corría el año de 1904 y sucedió que el 24 de abril, siendo por entonces Alcalde de Lopera, Manuel Alcalá Morales se nombró una Junta, compuesta por el párroco de Lopera, Manuel de Torres y varios propietarios de la localidad con la intención de poder comprar una nueva túnica para la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, dado que la que tenía estaba bastante deteriorada. La primera decisión que adoptó la citada junta fue la de llevar a cabo una suscripción popular y con el dinero recaudado poder sufragar la túnica. Así se hizo, y se consiguieron recaudar 7.941,11 de las antiguas pesetas, por lo que se decidieron a encargar la confección de la nueva túnica a Vicente García Arístides, natural de Valencia y vecino de Madrid (en la calle Mayor, número 34; donde tenía el taller de ornamentos eclesiásticos). La espera finalizó el 12 de abril de 1905 cuando llegaría la túnica ya confeccionada a Lopera, la cual venía resguardada en un estuche de madera, siendo la misma de terciopelo, color guinda de superior calidad y bordada en oro de la mejor ley. Su coste final resultó ser por un total de 7.000 pesetas y con las restantes 941,11 pesetas, se decidió hacer otra túnica aprovechando el bordado de la antigua de estilo Luis XV y consignando que ésta última se utilizara sólo para las procesiones de rogativas por la falta de agua, ya que la nueva sólo se utilizaría el Viernes Santo y el 14 de septiembre.

Fue tan grande la expectación generada en Lopera que durante cuatro días no cesaron los devotos en acudir a la Parroquia para ver la nueva túnica. Asimismo se nombró como depositaria de la túnica a la familia Barberán, la cual la estuvo custodiando  en su domicilio particular hasta el año 1997, año en que pasó a las dependencias de la Ermita de Jesús.

También es importante destacar que la magnífica túnica pasó por momentos delicados con el estallido de la Guerra Civil, pues todas las imágenes que había en la Parroquia y en las Ermitas fueron saqueadas y quemadas (a excepción de la cabeza de Ntro. Padre Jesús y San Antonio) y el Sacro lugar pasó a ser el almacén de provisiones de la localidad. La túnica, por fortuna, se salvó, aunque también fue requisada por el Comité de Lopera, a lo cual la familia Barberán no se pudo oponer, si bien Alfredo Barberán (depositario de la túnica) le solicitó un justificante al miliciano que fue a retirar la túnica de su casa, con el resultado final de que no sólo no le dio el justificante sino que se llevó la túnica y a Alfredo Barberán al Comité. Finalmente sería puesto en libertad aunque el Alcalde le dijo “D. Alfredo que no se le ocurra a  usted ninguna vez más  oponerse a lo que ordenemos”. Por suerte el destino jugo a su favor, pues se sabe en el pueblo que los milicianos la querían para quitarle el bordado de oro y venderlo, si bien un olvido de los milicianos cuando abandonaron el pueblo en diciembre de 1936, propició que se la dejaran en el Comité y se salvara de la quema a la que estaba sentenciada.

Queda decir que esa túnica, con la que se viste a la actual imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, obra de Gabriel Borras y que llegó a Lopera en el año 1939 sólo se puede contemplar en el paso del Jueves Santo por la noche y el día 14 de septiembre con motivo del Día de Jesús. En definitiva, la túnica supone un rico legado que dejaron los antepasados a las nuevas generaciones de loperanos, del cual se han de sentir  muy orgullosos.

Hasta aquí nuestra humilde contribución a la Historia de una de las Cofradías con  más solera de la Semana de Pasión Loperana.

 

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