San Roque un Patrón del pueblo y para el pueblo: 430 años de devoción en la Villa de Lopera (1577-2007).
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera
Saetera con vidriera en honor a San Roque, Patrón de Lopera, en la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de Lopera.
La devoción en la Villa de Lopera a San Roque, tiene sus inicios a finales del siglo XVI, concretamente en 1577, cuando un nutrido grupo de personas del pueblo llano deciden levantar por su cuenta y riesgo una Ermita o Casa de oración en honor al bienaventurado San Roque. Prácticamente sin medios y con una ilusión desorbitada por el santo, consiguieron finalizar la Ermita aportando cada uno lo que humanamente podía, la cual de paso sea dicho estuvo durante un tiempo cerrada y a punto de ser derribada al no tener ni el Cabildo Municipal, ni los devotos permiso, ni licencia del Rey y de Real Consejo de Ordenes para su construcción. Pero las obras que se levantan con sacrificio y con fe no se pueden derribar y máxime cuando el propio Cabildo Municipal hacía en 1582 un Voto Solemne a San Roque al liberar a la localidad de la epidemia de peste que lo azotaba, el cual se ha conservado en el Libro de Acuerdos del Cabildo de Lopera del año 1582 en los siguientes términos:
VOTO Y FIESTA A SAN ROQUE AÑO 1582
“En la villa de Lopera día de Señor Santiago des-
pues de medio día en veinte çinco dias
del mes de julio de myll e quinientos e ochen-
ta y dos años estando en la iglesia
de nuestra señora, iglesia mayor de la dha.
Villa los magníficos e reverendos señores
Frey Juan Bueso prior de la Dha.
yglesia y el bachiller Martín López Moreno
y el bachiller Jerónimo de Orozco, Francisco de Blanca
Juan Molleja, Francisco de Bacas clérigos
presbíteros y a nombre de la dha. Iglesia
estando reunidos en la sacristía los muy magníficos
Señores oficiales del Ayuntamiento de la
dha. Billa convienen a saber Juan de Al-
magro y Bernabé Ruiz Molleja alcaldes
ordinarios de la dha. Villa y Don Dimas de
Toledo Alférez Mayor, Pedro Marmolejo, Juan
de Montoro, Juan Gómez de Orozco y Juan Pérez de Quesa-
da Regidores y Oficiales del Concejo y otras personas
vecinos de la dha. Villa, Juan Pacheco, Francisco de
Bonmas, Francisco Peralta, Juan Paez,
Francisco de Bacas, Cristóbal Luque.
Que la villa guarde por si y por los demás
vecinos de esta villa, dixeron que por quanto de
presente por seamos justos de Dios algunos
vecinos de esta dha. Villa están enfermos
de enfermedad que sigun
se dize es peste y por que en la ciudad de
Cordova e otras partes se dice ay la dha.
enfermedad por lo qual se acordó
el pueblo cristiano por qual glorioso San
Roque particularmente abogado con-
tra la dha. Peste y en los pueblos
donde a abido se le a fecho
de edificarle casa de devoción a on-
ra de su nombre deba facer por su inter-
cesión de darle salud y esperando como di-
serón esperaron en la misericordia de la
majestad de Dios de que por la yntersecion del
Glorioso Santo dara salud a esta
Villa e vecinos della y los librara de la
dha. peste dixeron que hacían y hicieron
promesa y boto solemne a dios omnipoten-
te trino y uno a onra del bienabentu-
rado San Roque de que cada un año
el día de su fiesta se le guardara como los
demás días que la Santa madre iglesia
manda guardar y se le ara su fiesta
de vísperas y mysa y de fazerle a su
nombre una casa de oración en esta
villa donde los fyeles cristianos acudan
a rezar y pedir la intercesión todo
lo qual dixeron que prometían e pro-
metieron cumplir de oy en adelante
para siempre jamás y esta promesa
comprenda asi a los presentes que
combiben en la dha. villa como a los
que después dellos vinieren e pa-
ra que se guarde el dho. dia los dhos. señores
justicia e regimiento pusieron de pena
a los que no lo guardaren el dho. día
las que se lleban y suelen llevar
a los que no cumplan con las fiestas
que la iglesia manda guardar
ante lo qual los dhos. Señoreslo prometieron y lo firmaron.”
El mismo año que se juraba el Voto, se constituía una Cofradía en honor a San Roque en Lopera, se adquiría una imagen del Santo y se comenzaba a procesionar por las calles de la villa todos los 16 de agosto con unas andas donadas por los pastores de la localidad. Todo este cúmulo de nobles acciones cristianas y la mediación por parte del Cabildo Municipal, incidieron para que el 23 de agosto del año 1596, el propio Rey Felipe II concediera Licencia al pueblo de Lopera y a sus vecinos para que se pudiera realizar culto en la Ermita levantada por el pueblo en honor a San Roque y en otra Ermita que también había en la localidad bajo la advocación de Ntra. Sra. del Rosario, este acuerdo Real se recoge en una Visita General a la villa de Lopera del año 1611, conservada en el Archivo Histórico Nacional de Madrid en los siguientes términos:
“por la qual doy licencia
e facultad a la dha
villa de Lopera e vecinos
della para que puedan
usar y usen de las
dhas dos ermitas
e devociones dellas
como antes sigun
y como y de la forma
e manera que lo dicen e de-
claran los dhos. Mis bi-
sitadores sin caer ni
incurrir porello en pena
de desobedencia
alguna, dada en Madrida veinte y tres de
agosto de mil equinientos e nobenta y seis años”
Desde este preciso momento se sellaba una unión indisoluble entre San Roque y Lopera y pasaba el santo a formar parte de la vida de todos los loperanos. La devoción y cariño por San Roque volvió a tener un nuevo impulso en el año 1644, con el nombramiento como Patrón de Lopera, por los miembros del Cabildo Municipal. Durante los siglos XVIII-XIX y hasta mediados del XX, se continuó el fervor y devoción en Lopera por San Roque con la celebración de su fiesta y procesión de la sagrada imagen por las calles de la localidad. Y así llegamos al prácticamente olvido por San Roque de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo XX, donde asistimos al traslado de la imagen de San Roque a la parroquia, y a la triste transformación de su ermita, desde improvisada sede de aula para escolares, hasta ser una cochera donde se guardaban los carros de los pasos que se procesionaban en Semana Santa. Pero como la historia siempre se repite, en los albores de los años 90 del siglo XX, un entusiasta loperano amante de San Roque, Francisco Martínez Expósito abandera junto a un nutrido grupo de jóvenes una cruzada con el propósito de recuperar la Ermita y la devoción por San Roque, durante más de 40 años olvidado en la hornacina de la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús de la Iglesia Parroquial. El pueblo llano volvió a volcarse con tan noble causa y contribuyó cada uno según sus posibilidades en la reedificación de la Ermita de San Roque y entre todos aunaron esfuerzos que culminaron con la recuperación de la Cofradía de San Roque, que de paso sea dicho cada año va afortunadamente a más. Y todo culmina con unas Fiestas Patronales, donde el santo vuelve a recuperar su protagonismo que nunca debió de perder saliendo en procesión por las calles de Lopera.
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