Ángela Uceda Díaz. El Trabajo como bandera de una octogenaria en su Museo de Arte Naïf
(Ángela Uceda Díaz junto a un tuno y sus instrumentos)
Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera.
Abre sus puertas el Museo de arte naïf de Lopera. Tras 13 años de intenso y duro trabajo, la loperana Ángela Uceda Díaz de 87 años ha visto cumplido su sueño al poder finalizar y organizar en estanterías la multitud de piezas que alberga el museo que ha instalado en la buhardilla de su domicilio sito en la plaza de la Constitución de Lopera. Ángela Uceda es una mujer de formación autodidacta, que le encanta crear formas y modelos a su antojo y que ante todo no considera las piezas de su museo como arte, sino como ella misma dice “es el trabajo que a diario vengo haciendo en los últimos años”. Hace poco más de una década y tras superar una operación de la pierna izquierda, se marcó como reto el montar un museo con todos los objetos que a diario ha ido confeccionado con unas manos prodigiosas y una imaginación maravillosa. Su obra que ahora pueden ver todos los loperanos se compone de la friolera de más de 500 cuadros al óleo de estilo naïf, del cual nos dice que ella no sabía ni que existía y que llenan a rebosar las paredes de su buhardilla y cuyos lienzos ella misma confecciona con restos de telas viejas y otras que adquiere de los mercadillos y los monta sobre listones desechables de las carpinterías. Sus cuadros están realizados sin boceto alguno, pues los comienza y termina con el pincel, pintando directamente sobre el lienzo, donde destaca ante todo la viveza de sus colores ( amarillo, rojo, salmón etc.) y representa temas muy variopintos, que van desde las estampas costumbristas de su pueblo natal, hasta pasar por paisajes de toda España, su colección de payasos y pájaros, sin olvidar los retratos. Otro apartado que también tiene cabida en su particular museo son las más de 400 muñecas y pelotas de lana y de fieltro, sin olvidar sus procesiones en miniatura del Corpus, El Rocío, La Romería de la Virgen de la Cabeza, Los Mayos, los Trajes regionales, La Tuna etc. Otras miniaturas de madera como un dormitorio realizado con una pequeña navaja y edificios arquitectónicos en corcho, amén de otros más de 300 objetos de plástico (bolsos, monederos, canastos, pañitos etc.). Un apartado especial lo dedica a los 13 trajes que ha bordado a mano ( uno por año) a la imagen del Niño Jesús que estrena cada navidad y las muñecas desechables de sus sobrinas y otras que la gente les da, que también las ha ataviado de una manera personal y espontánea. Otro apartado del museo se dedica a los dos libros que Ángela Uceda ha escrito, uno sobre recetas de cocina y otro sobre repostería, con más de 200 diseños diferentes para adornar las tartas y la elaboración de flores con azúcar derretida, a base de quemarse los dedos de las manos. Un último apartado lo dedica a la costura y confección de bordados de mantones de Manila y ganchillo. Una mujer en definitiva que ha encontrado en el trabajo diario del arte su gran aliado para seguir pegada a la vida y que hace multitud de cosas a su manera y sin arquetipos y con ello disfruta y se siente viva. Ángela Uceda es ante todo tesón y tiene desatino por el trabajo y no le gusta ser protagonista, por lo que constantemente resta valor a sus obras y lo que si valora es el trabajo de una mujer octogenaria, que no le importa pasar más de 15 horas diarias dedicadas a la creación de nuevas obras de arte, de las cuales apostilla diciendo “que si no se ven no se pueden valorar”, por lo cual invita a todo el que quiera a pasar por su museo y poder contemplarlas.
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