Blogia
José Luis Pantoja Vallejo

Los sucesos acaecidos en la Semana Santa de Lopera del año 1808

Los sucesos acaecidos en la Semana Santa de Lopera del año 1808

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

Nuestra Semana Santa de Lopera guarda numerosas tradiciones y episodios relacionados con la misma, una de ellas es que la voy a contar y que ocurre en plena Guerra de la Independencia Española, en el año 1808 y que tiene curiosamente por protagonista al poder civil, representado por parte del Señor Alcalde, Diego Gutiérrez, el cual interviene en asuntos puramente religiosos  (las procesiones de Semana Santa) con la intención de sofocar las actitudes poco cívicas de los Hermanos en dichas procesiones por culpa de la embriaguez, sobrevenida de las invitaciones con las que eran agasajados por parte del Hermano Mayor de cada una de las distintas Cofradías. Esta tradición perdida en nuestros días, tenía lugar en Semana Santa y era conocida como el célebre “gasto”, el mismo consistía en que el Hermano Mayor de cada Cofradía o Escuadra invitaba a los restantes hermanos, antes y después de cada procesión del Jueves y Viernes Santo por la noche a garbanzos tostados, uvas pasas y copa de vino. En la procesión del Viernes Santo por la mañana, también se solía invitar a una copa de aguardiente y a los típicos besillos. Todas estas invitaciones y el habitual y prolongado consumo alcohólico de vinos y licores por parte de los cofrades, daba lugar a una serie de problemas y malestar a la ciudadanía y al sentimiento religioso (que a juicio del Alcalde se advertía una falta de devoción, dando causa por esta razón a que cada día se vaya rebajando la religión católica), y alteraban las procesiones y la propia Semana Santa. Por todo ello y a pesar de provenir la solución de un estamento civil se impone un edicto como salvaguarda de la Fe y buenas costumbres en fechas tan renombradas, pues se hacía constar que incluso los padres en la carencia de sus obligaciones educacionales, forzaban a sus hijos a comer y beber, aún sin necesidad, por la simple cuestión de realizar gasto. Intermediaba además en el decoro y respeto a los pasos de Semana Santa para que los Hermanos acudieran a las solemnes procesiones ataviados con sus túnicas y capas y con la debida devoción, pues en caso contrario, se sancionaría con multa de cuatro ducados y ocho días de cárcel. Asimismo a los taberneros se les instaba a que tuviesen cerrados sus establecimientos mientras duraban las procesiones, en caso de contravenir las normas impuestas serían sancionados con las mismas penas, anteriormente citadas. Para poner freno a los disturbios que causaba el exceso de alcohol en los cofrades, el alcalde de turno Diego Gutiérrez intentó poner freno con un Edicto que se colocó en sitio visible de la Plaza Mayor de Lopera y que se ha conservado en el Archivo Histórico Municipal de Lopera y que ahora damos a conocer una vez transcrito el mismo:

 

EDICTO:

“En la villa de Lopera a doce días del mes de abril de Mil ochocientos y ocho años el Sr. D. Diego Gutiérrez Alcalde con Real Jurisdicción ordinaria de ella por S. M. Dijo: que teniendo presente la falta de devoción que se ha advertido en los años anteriores en la funciones de Semana Santa y desordenes que en dichos días se han experimentado ocasionados de la embriagueses que resultan de la casas de los Hermanos Mayores y Consiliarios de las escuadras que con motivo a los gastos de licores y garbanzos y demás que está puesto en costumbre contraviniendo a las repetidas superiores órdenes que prohíben semejantes abusos, dando causa por esta razón a que cada un día se vaya rebajando más y más la religión católica sin hacer conmemoración de lo que nos representan semejantes días y que muchos padres lejos de instruir a sus hijos en los pasos de la Pasión de Ntro. Redentor Jesucristo, sólo les inducen a que concurran a las casas de dichos Hermanos Mayores con el objeto de que coman y beban aun cuando no tengan necesidad de ello. Para evitar todos estos perjuicios tan dignos de la mayor corrección debía de mandar y mandó que ninguno de citados Hermanos Mayores y Consiliarios tengan gastos de bebidas, ni comidas para los hermanos escuadrantes en los días de Jueves y Viernes Santo bajo la multa de cincuenta ducados que se pondrán a disposición de su Majestad y Sres. su Gobernador y Alcaldes del crimen de la Real Chancillería de la Ciudad de Granada. Y a los hermanos que no concurran incorporados con sus escuadras con capa o túnica y con la devoción debidas a las  Procesiones de dichos días Jueves y Viernes se les exigirán cuatro ducados de multa y sufrirán ocho días de carcelaria. Y los taberneros que tengan abiertas las puertas de sus puestos hasta concluir las Procesiones serán conminados con la misma multa y pena haciendo saber esta providencia por medio de edicto para que a todos conste y a los dichos Hermanos Mayores y Consiliarios en sus personas para que no tengan motivo de excusa o inadvertencia. Y por este su Auto que su Merced  proveyó así lo mandó  y firmara de que doy fe. Diego Gutiérrez. Ante mi Benito Merino y Saez.

NOTA: Doy fe yo el escribano que en el mismo día forme Edicto publicando la anterior providencia y lo fijé en una de las esquinas de la Plaza Vieja de esta Villa de Lopera, sitio publico acostumbrado en ella y para que conste así lo anoto y lo firmo. Merino”

 

Con este humilde trabajo quiero contribuir a la Semana Santa de Lopera en este año 2010, aportando un pequeño trozo de nuestra historia.

 José Luis Pantoja Vallejo

 Doctor en Historia y Cronista

 Oficial de la Villa de Lopera

 

0 comentarios