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José Luis Pantoja Vallejo

Lopera rinde homenaje a los emigrantes con una escultura de Pedro Monje.

Lopera rinde homenaje a los emigrantes con una escultura de Pedro Monje.

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

El Vicepresidente Primero de la Junta de Andalucía Gaspar Zarrías Arévalo inauguró ayer tarde la escultura de los emigrantes en Lopera, la cual se ha ubicado junto a la popular ermita del Cristo del Humilladero. En el acto estuvieron presentes además Gaspar Zarrías, la Delegada del Gobierno en Andalucía Teresa Vega Valdivia, la alcaldesa de Lopera, el autor de la escultura Pedro Monje y una amplia representación de la sociedad loperana. La presentación del acto corrió a cargo de la alcaldesa de Lopera Isabel Uceda la cual destacó “que por fin el pueblo de Lopera va a contar con un monumento dedicado a los emigrantes y agradeció al escultor Pedro Monje su trabajo y que era un lujo para Lopera contar con dos obras de este prestigioso escultor loperano”. Por su parte Gaspar Zarrías destacó en su intervención “lo que significó el fenómeno de la emigración para un pueblo como Lopera, que llegó a perder la mitad de su población y se hacía justicia con el levantamiento de una escultura en honor a todos los emigrantes que un día tuvieron que abandonar su pueblo querido”. Asimismo Zarrías volvió a reiterar su compromiso con Lopera de realizar todas las actuaciones propuestas en esta legislatura. Por su parte el autor de la obra, el escultor Pedro Monje manifestó que a través de esta escultura de los emigrantes realizada a tamaño natural he querido “simbolizar a unas de las muchas familias que partieron de Lopera y que lo hicieron desde la popular esquina del Pelayo, donde paraba el coche correo”. Asimismo he pretendido “trasmitir la ternura y la sencillez de las personas que tuvieron que abandonar su pueblo por motivos de trabajo”. Respecto al grupo escultórico que se compone de un matrimonio, con una mujer que lleva en sus brazos a su hijo y el hombre que lleva de su mano derecha una maleta, Pedro Monje destacó que “el hombre tenía ese viaje pensado desde hacía ya algún tiempo y asumido de que se tenía que ir; la mujer por su parte al pasar por la puerta de la Ermita del Santo Cristo y divisar el coche correo en la esquina del Pelayo, piensa en todo lo que se va a dejar en su pueblo: su familia, sus amigos, las calles, las plazas… su pueblo y también siente el miedo  a lo desconocido, a lo que se va a encontrar en su próximo destino”. El autor ha querido reflejar en el rostro de la mujer que como faltan algunos minutos para que salga el coche correo, posiblemente le de tiempo a rezar un padrenuestro al Cristo Chico y le de fuerzas en su nueva vida”. El niño por su parte “siente el calor y el cariño de sus padres y quizás algún día pueda hablar perfectamente cualquier idioma del mundo”. La escultura ha sido modelada en barro en el taller que Pedro Monje tiene en Valladolid, ciudad donde reside. Y posteriormente se ha fundido en bronce en la fundición Arte 6 de Arganda del Rey (Madrid). También resaltó Pedro Monje que esta escultura “es un homenaje no sólo para las familias humildes que tuvieron que emigrar, sino también a otras personas que por estudios o trabajo no encontraron su espacio en Lopera”. El acto contó con una gran participación de loperanos que deseosos esperaban el momento más importante que fue cuando se quitó la bandera de Andalucía la cual cubría la escultura de los emigrantes y se interpretó el himno de Andalucía por parte de la Asociación Musical Pedro Morales y a continuación se interpretó “Andaluces de Jaén” por la Banda de Tambores y Cornetas de Juan Alcalá. A continuación en el jardín municipal se presentó un video dedicado al emigrante a cargo de la Asociación Social para la Integración: Dialogo, participación y valores (ASI) de Jaén. Finalizó el acto con una invitación del ayuntamiento a todos los asistentes.

7 comentarios

Pepe López Bueno -

Hace unos dias estuve en nuestro Pueblo y me detuve un rato a ver el monumento pues no sabía nada del mismo, ya que además llevo una temporada sin entrar en la Web y lo ví al pasar y me gustó bastante pues me imaginaba lo que trata la escultura de transmitir sin que nadie me hubiera contado de su existencia, de verdad que me ha gustado.
Simplemente me gustaría hacer una observación a las personas que decidieron su situación y es que esta escultura merecía que hubiese tenido una peana para que estuviera mas alta del nivel del suelo.

fermin chueco artero -

Menos mal Don Jose, por momentos llegué a pensar que usted pertenecia a la clase social de los señoritos loperanos.

Le queda cambiar el chip sobre el empobrecimiento demógrafico.Me explico, está comprobado cientificamente que los que no se tuvieron que marchar de sus lugares de origen viven mejor que los que se marcharon, claro siempre habrá ecepciones,habrá personas emigrantes que triunfaron económicamente pero en general salieron los que no tuvieron que marcharse, y no se marcharon porque los que si lo hicieron les dejaron el sitio suficiente para que no tuvieran que mendigar unos miseros jornales en la plaza del pueblo. Desde que nos marchamos, el grueso de loperanos y loperas, la plaza del ayuntamiento dejo ser el mercado de semiesclavos que fue hasta la decada delos setanta.Por lo tanto los que se quedaron recibieron, indirectamente, los beneficios del espacio de la oferta y de la demanda, lo que trajo consigo que muchos loperanos y loperanas dignificaran su persona con el solo hecho de no tener que mendigar un salario a los grandes señores, que hasta entonces lo fueron por la gracia de Dios.

Estoy contigo que hay que premiar a los loperanos, pero sobre todo a aquellos que hagan méritos suficientes para crear riqueza colectiva y defender el nombre de Lopera como lo hacemos muchos emigrantes.

SALUDOS COLOMENSES

Don José -

Algo se me olvidó escribir en mi intervención anterior y no quisiera olvidarlo.

En respuesta a lo escrito por Fermín tendría que añadir que yo sé perfectamente cual fue el origen de esa emigración en pueblos como Lopera.
No me estoy refiriendome al deseo de ganar más dinero puesto que como antes mencioné hoy día se sigue produciendo esa emigración. La gente se va allí donde cree que puede vivir mejor, es decir, donde puede ganar más dinero y sus orígenes sólo le importan para pasar una semana en su pueblo.
No le reprocho a nadie ese comportamiento pues tal vez así deba de desarrollarse la vida, sin ataduras a ningún lugar.
Sin embargo si nos referimos a aquella emigración de los años 60 y 70 encontramos un origen muy diferente.
En un pueblo como Lopera tuvieron que emigrar 2 "clases" de personas muy diferentes: los que no tenían dinero y los que lo tenían todo.
Los primeros vieron cómo durante años los llamados señoritos se enriquecían pagando sueldos miserables y como consecuencia prosperar en Lopera era simplemente imposible. Las grandes casas que hoy se ven en el pueblo son producto de todos esos robos mantenidos durante décadas, lo mismo se puede decir de las mayores fincas.
¿En esas condiciones quien podía desear quedarse en Lopera? Es evidente que Barcelona o Madrid ofrecían unas oportunidades que no se podían rechazar.
Como dije antes también los llamados señoritos, y en especial sus descendientes, se marcharon de Lopera. Los motivos fueron diferentes. Con la llegada de la democracia y con la mejora de la economía del pueblo las personas que habían crecido tratando al resto de loperanos como vasallos tenían muy complicado aceptar que esas personas pudieran rechazar su limosna. ¿Qué sentido tendría hoy día la presencia de un señorito en Lopera? Ninguno. Hoy cualquier persona puede buscarse la vida sin tener la obligatoria necesidad de depender de esos caciques.
Como dije, la mayoría de esos descencientes de señoritos loperanos se marcharon a Sevilla, Córdoba,... Su fortuna procede de haber explotado durante décadas a los loperanos y de hecho todas esas generosas herencias que han recibido sus descendientes con justicia deberían de haber regresado a manos de todos los loperanos ya que procede de dinero robado de gente que trabajaba de sol a sol recibiendo una miseria.

Por lo tanto Fermín, yo si que conozco el motivo que hay detrás de esa emigración.

A pesar de lo dicho me reafirmo en lo que dije: la peor parte se la llevaron los que quedaron en Lopera. Desde aquellos años hasta hoy día el pueblo se ha mantenido en esos 4000 habitantes y no hay manera de ir a más.
Compara la situación de Lopera con la de otros pueblos con mayor número de habitantes como el cercano Villa del Río y verás la gran diferencia que puede haber en la riqueza local gracias a duplicar la población.

El monumento a los emigrantes ya está hecho. No hay nada malo en ese monumento, todo lo contrario, pero ya es hora de que también se le dé el reconocimiento que merece el esfuerzo de los que se quedaron.

No es cuestión de crear tensiones, ni de perseguir a nadie, sino de que se reconozca, tal vez también por medio de otro monumento, la terrible explotación que sufrieron tantas personas del pueblo andaluz.

Don José -

Don Fermín, le agradezco su respuesta y su interés.
En el pueblo de Lopera al igual que en cientos de otros pequeños pueblos andaluces, en la década de los sesenta y setenta del pasado siglo, es evidente que las oportunidades que tenían los trabajadores eran mínimas, en ninguno de esos pueblos existían fábricas de importancia que comenzasen a instalarse y que ofreciesen trabajo a todas esas personas (algo que si sucedió en la década de los 80 - 90, por ejemplo en Lopera aparecieron numerosas empresas dedicadas al sector del mueble creadas por los propios loperanos). En cualquier caso lo que nos interesa ahora es reconocer que lo que no existía en Andalucía como oportunidad de trabajo si que existía en Barcelona y en Madrid.
En esas circunstancias no era tampoco cuestión de que se marchase el padre de familia y dejase atrás a su mujer e hijos.
Pues bien, lo que sucedió es que Lopera perdió una cantidad enorme de habitantes y como consecuencia el pueblo perdió su mayor potencial.
La emigración aunque con matices muy diferentes existe hoy día cuando un o una joven estudian en la Universidad y deciden marcharse a otras ciudades porque su pueblo no le ofrece todo lo que ellos creen que pueden conseguir o porque ni siquiera podrían desarrollar su profesión para el cual han estudiado.
En definitiva, que nadie le niega ese derecho a cualquiera de los habitantes de Lopera o de otros pueblos, sin embargo lo cierto es que las emigraciones masivas si que deterioran el lugar que ve reducido de manera notable su número de habitantes puesto que la riqueza que se genera en ese lugar disminuye proporcionalmente.
Claro que en situaciones de pobreza es complicado hablar de riqueza.
Tampoco se puede culpar a nadie de querer mejorar su vida.
En definitiva, lo que sucedió en aquellos años condujo a que Lopera fuese hoy día un muy pequeño pueblo. Ciudades como Barcelona y en general toda Cataluña prosperaron gracias a esos emigrantes y hoy día sus hijos son los que llaman vagos a los andaluces y los critican porque dicen que viven a costa de su dinero. Eso es lo que tenemos que soportar hoy día.
Evidentemente algo falló. No creo que el problema sea sólo de Cataluña o de Andalucía, el problema es de la miseria moral, del egoísmo y de los valores que defiende la gente.
Desde Cataluña, región a la que se fueron muchos loperanos, el dinero que se supone que se manda a Andalucía y por lo tanto de manera proporcional a Lopera es hoy día considerado como el robo de nuestros pueblos. Ellos se han inventado ser diferentes, los hijos de loperanos ya hablan otro idioma y ni siquiera saben lo que es un cachurro y lo mismo hasta ni saben pronunciar esa palabra.
¿Acaso ese monumento no debería de haber estado dedicado a los que se quedaron en Lopera?
Yo diría que si. Los que se quedaron en Lopera fueron los que se llevaron la peor parte de la emigración.
Si se buscaba crear un monumento a los desfavorecidos no se acertó.

Saludos y de nuevo gracias por este lugar libre y abierto a las opiniones.

fermin chueco artero -

SR DON JOSE:
Como una imagen vale más que un millon de palabras le invito, para que lo compruebe in situ,que pase unos días en Santa Coloma de Gramenet, ciudad donde llegué en 1969 proveniente de Lopera, y les diga a la cara, a los cientos de miles de emigrantes andaluces que vivimos aquí, que nosotros, con nuestra marcha a la emigración fuimos los culpables de que Andalucia se empobreciera .Seguro que serían menos amables que yo en responderte.

Como veo que el tema de la emigración te interesa, te recomiendo que le eches un vistazo al ultimo libro que ha editado el Ayuntamiento de Lopera sobre las Jornadas de Historia, donde varios autores explicamos las causas de porque nos tuvimos que marchar los loperanos -as de nuestro pueblo.
UN SALUDO

Don José -

Estimado señores:
En correspondencia a la oportunidad que nos ofrecen en este amable página es mi deseo compartir con todos ustedes algunos comentarios concernientes a este monumento que desde hace unos días los loperanos pueden ver instalado en su pueblo.
Indudablemente se marcharon muchas familias de Lopera en pasadas décadas y todos con la intención de prosperar. No porque en esos años estuviesen en una situación económica que les condujese incluso a vivir por debajo del nivel de pobreza sino porque en ciudades como Madrid o Barcelona se podía ganar más dinero, o mucho más dinero. Como consecuencia Lopera se empobreció y de hecho hoy día no logra superar los 4000 habitantes. No pongo en duda el sentimiento de estas personas al dejar su pueblo atrás, y a sus familiares, pero ¿qué sentido tiene construir una estatua a personas que abandonaron su pueblo empobreciéndolo por esa marcha? Los que aquí se quedaron lucharon para levantar Lopera, debería de haber sido a ellos, a los que se quedaron a los que les deberían de haber construido una estatua.
Así nos va cuando nos dejamos llevar por el sentimentalismo facilón.
Qué le vamos a hacer.
Les quedo muy agradecido por este espacio para el diálogo.

Amalia -

¿Por que han puesto ya estas estatuas si todavia no las han pintado? Como estan ahora parece que han salido de la mina.