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José Luis Pantoja Vallejo

El último adiós a las Casas de Maestros de Lopera

El último adiós a las Casas de Maestros de Lopera

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

Adiós a unas casas emblemáticas de Lopera. Entre el griterío de los alumnos del Colegio de Educación Infantil y Primaria “Miguel de Cervantes” y la tristeza y nostalgia de los vecinos adyacentes, hoy se producía el derribo de cuatro de las once casas de maestros. Allí se quedaron para siempre las vivencias y recuerdos de muchas familias de maestros que durante más de cuarenta años fueron sus moradores. Charlas, juegos, convivencias a la sombra del esbelto colegio vivieron muchos maestros y sus familias procedentes de todos los rincones de la geografía nacional y que residieron en Lopera durante el tiempo que estuvieron destinados como maestros en el colegio. Entre sus muros se criaron muchas generaciones de hijos de maestros, que hoy cuando se enteraban de la noticia que se “tiraban” las casas, con lágrimas en los ojos han dicho su último adiós a una etapa muy entrañable de sus vidas como son la niñez y juventud. Pues cuando se hacían mayores los hijos de los maestros, éstos pedían un cambio de destino para ir a la ciudad en busca de un futuro mejor para sus hijos. La calle Eleuterio Risoto donde están ubicadas las casas de maestros era en los últimos años una calle fantasma pues hace más de una década que los maestros abandonaron las casas por el mal estado en que se encontraban. En la actualidad sólo están habitadas tres casas, una por un maestro que este año se jubilará y dos por sendas familias particulares del pueblo que las adquirieron. Las casas de maestros fueron construidas con piedra de la vecina ciudad de Porcuna en los años 40 del pasado siglo XX por la empresa estatal Regiones Devastadas y bajo diseño del arquitecto Ramón Pajares Pardo. El ayuntamiento de Lopera ha apostado por ubicar en el solar de las cuatro casas una nueva y amplia biblioteca acorde con los nuevos tiempos en su planta baja y un gran salón de actos con capacidad para más de 280 personas en la planta primera, además de unas dependencias para el archivo histórico municipal. De esta manera la cultura y la educación estarán más unidas, pues ambos edificios estarán separados por una calle.

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