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José Luis Pantoja Vallejo

Ochenta Aniversario del providencial hallazgo de una Imagen de Nuestra Señora de la Cabeza en la Villa de Lopera (1927-2007). El Tesoro de Lopera.

Ochenta Aniversario del providencial hallazgo de una Imagen de Nuestra Señora de la Cabeza en la Villa de Lopera (1927-2007). El Tesoro de Lopera.

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera

En nuestro afán por descubrir nuevos datos sobre la devoción a la Reina de Sierra Morena en la villa de Lopera, en esta ocasión nos haremos eco de los por­menores que encierran a una imagen de Nuestra Señora que apareció circunstancialmente en la localidad en el año 1927, cuando se realizaban las obras de cimentación de una casa en la popular Plaza del Triunfo, número 5, junto al edificio de la Casa de la Tercia o Pósito, lugar de almacenaje de grano en la Edad Moderna, que data del siglo XVII. Antes de adentramos en el hallazgo de la imagen, en el pueblo se cuenta por las personas mayores una historia que viene a enlazar con el providencial hallaz­go de la virgen y que de una manera resumida viene a decir lo siguiente: Que en uno de los sa­queos que sufrió el Castillo-Fortaleza de la villa por parte del Alcaide de Andújar, Pedro de Escavias en el año 1466, los moradores del Castillo enterraron cerca del adarve un valioso tesoro. Esta leyenda mitad verídica, mitad fantasía, ha ido pa­sando de padres a hijos y fruto de mi curiosidad por el tema, he descubierto unos datos muy interesantes relacionados con el supuesto tesoro y con la mencionada ima­gen y que ahora aprovecho para dar a conocer. Todo arranca de una entrañable conversación que mantuve en casa de la loperana, Carmen Cor­pas Candelario de 93 años, en la misma, me comentó que sus padres le habían contado que un médico que había en Lopera llamado, Rafael Valcárcel Barrio (1844-1908) decidió a finales del siglo XIX emprender una excavación en las pro­ximidades del Castillo a fin de encontrar el supuesto tesoro de la vieja leyenda. En las excavaciones llegaron a participar varios hombres y las mismas se iniciaron haciendo un gran túnel desde la mitad de la calle Sagasta (a la altura de la casa donde vivía la mencionada, Carmen Corpas)  hasta el epicentro de la Plaza del Triunfo, donde hasta no hace mucho estuvo ubicada la imagen de la Virgen del Triunfo, que según testimonios de los mayores fue traída a la población por miembros de la Orden de Calatrava. Lo realmente cu­rioso de la historia, es que el mencionado médico se apoyaba para dirigir las ex­cavaciones en sus dotes de hipnotizador, pues todos los días hipnotizaba a su cria­da, Domitila Aviño y esta iba indicando a los trabajadores donde creía ver el te­soro y junto a él una Virgen. Así transcurrieron algunos meses y sólo se llegó a encontrar varías vasijas de barro y alguna que otra moneda. Finalmente se decidió cerrar el túnel de la excavación, al poco tiempo murieron tanto el médico como su criada, sin haber obtenido algún indicio sobre el tesoro. Sin embargo si que­dó para la historia de Lopera, una canción que le compusieron a la mencionada Domitila Aviño y que decía así:  

“En Lopera hay un tesoro

que lo ha visto Domitila

alhajas de plata y oro

y una Pura Concebida.

Están trabajando

de noche y de día

por ver si se encuentran

a la Virgen María.” 

Dando un salto en el tiempo, llegamos al año 1927, en el cual va a ocurrir un hecho determinante para que se encuentre la imagen que se apuntaba en la canción, si bien y como veremos no ocurrió lo mismo con el ansiado tesoro. Así el que fuera Secre­tario del Ayuntamiento de Lopera, Martín Alcalá García, decidió realizar en una vieja posada de su propiedad, sita en la Plaza del Triunfo número 5, que estuvo regenta­da por el matrimonio compuesto por Ildefonso Carmona Lara y Manuela Acevedo Cruz, una casa de nueva factura para sus sobrinos Pedro y Bartolomé Alcalá Gutiérrez. Cuando los albañiles estaban realizando los cimientos de la misma y muy próximos al edificio de la Tercia o Pósito, apareció una imagen de Nuestra Señora de la Cabeza, realizada primorosamente en terracota. Esto causó gran revuelo en el pueblo, pues como se apuntaba en la canción, justo al lado de la imagen debería estar el teso­ro, sin embargo, por el momento no disponemos de ningún dato de que se hubiese en­contrado, por tanto nos encontramos con esta incógnita aún por despejar. Aquí aca­ba lo que hasta ahora he podido hilvanar de esta curiosa historia loperana.

Propietarios y Descripción de la Imagen de Nuestra Señora de la Cabeza encontrada en Lopera en el año 1927                                     

La imagen encontrada en los cimientos de la casa en la Plaza del Triunfo, número 5 fue regalada por sus dueños los hermanos Alcalá Gutiérrez a su tía, la polifacética, Elisa Alcalá Marín (1874-1962), una mujer con grandes dotes de sensibilidad, de hecho fue la pri­mera mujer de Lopera que consiguió superar unas oposiciones a Telegrafista, aunque nunca llegó a ejercer. Gran poetisa y Directora durante dos décadas del Grupo de Teatro “Cuadro Artístico de Lopera”. Elisa Alcalá Marín custodió la imagen hasta la llegada de la Contienda Civil, poco antes de su estallido y ante las dificultades que se avecinaban en la villa, decidió entregar la Virgen a la familia Valcárcel García, que curiosamente son familia del médico que primitivamente buscaba el tesoro de Lopera. La Virgen pasó la Guerra Civil en Madrid, aquí estuvo en un baúl envuelta entre ropas de cama para que no sufriera deterioro. Tras finali­zar la guerra volvió a Lopera con la familia Valcárcel García y fue cuando se decidió por parte de la misma realizarle una peana de madera para que se pudiera mantener de pie. La peana fue realizada por el carpintero local, Serafín Huertas Chueco y la misma se ha mantenido hasta nuestros días. Hoy tras 80 años, la virgen sigue en Lopera custodiada y mimada en el domicilio de los herederos de María Valcárcel García. 

                 En cuanto a su descripción, la imagen posee las siguientes dimensiones 15,5 centímetros de altura, por 10 centímetros de anchura y 5,5 centímetros de volumen. La imagen con la peana tiene una altura de 22 centímetros. La Virgen está realizada en terracota y tiene forma triangular, simbolizando un acercamiento hacia el cielo. Su estado de conservación es muy bueno, sin embargo hay que destacar que desgraciadamente no se ha conservado la cabeza del niño, que nos hubiera servido para compararla con la de la Virgen. No podemos afirmar si se trata de una imagen única o pertenece a una serie de devoción popular, que bien pudo ser encargada por una familia de Lopera a imita­ción de la que se veneraba en Andújar. Sin lugar a dudas nos llama poderosa­mente la atención el rostro de la virgen, que pese a su reducido tamaño tiene una gran expresividad y está trabajado de forma muy grácil la parte frontal con ras­gos muy dulces. El mismo está rodeado de un rostrillo que simula al antiguo que tenía la virgen en plata. En cuanto al manto se presenta en perfecto movimiento sus pliegues y está decorado con elementos florales y vegetales en estofado azul y oro, que sigue los modelos de las vírgenes más antiguas de España (Guadalupe, Montserrat, Covadonga, Virgen de la Cabeza etc.) En cuanto a la corona que posee la imagen es imperial y está dorada. También hay que resaltar que se ha conserva­do el tocado del niño y que la imagen se presenta sin mano.  

                 Por todo lo anteriormente expuesto podemos decir que esta virgen se aproxima a los modelos barrocos que se realizaban en el siglo XVIII, aunque un futuro estudio podría concretar más so­bre su cronología. En definitiva afortunadamente la Virgen sigue con nosotros y el tesoro ¿quien sabrá sí finalmente se encontró o aún sigue sepultado esperando que alguien de con su paradero?.

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