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José Luis Pantoja Vallejo

Situación y realidad Económica-Social de Lopera en la Posguerra. Año 1949

Situación y  realidad Económica-Social de Lopera en la Posguerra. Año 1949

(Vista del Paseo Colón desde la torre Santa María del Castillo. Año 1952)

 

Por José Luis Pantoja Vallejo - Cronista Oficial de la Villa de Lopera.

A través de este artículo he pretendido dar a conocer la realidad socio - económica que se vivía en nuestro pueblo en plena posguerra, para ello me he basado en una de las Memorias Socio-económicas que se realizaron en nuestro pueblo en el año 1949 por la Junta Económico-Social de la localidad siendo alcalde de Lopera, Juan Domingo Gálvez Pérez; secretario del ayuntamiento José Vicente Castillo Cantos y Secretario de la Hermandad Mixta de Labradores y Ganaderos de la villa Francisco Bellido Verdejo. Tanto el ayuntamiento, como la Hermandad, acordaron hacer suya la memoria de la Junta Económica-Social estando dispuestos a prestarle toda clase de asistencia, moral y material para su realización. Dada la gran cantidad de datos tanto económicos, como sociales que se reúnen en la misma y la propuesta de soluciones que se recogen, he creído conveniente reproducirla en su totalidad. A través de su estudio se puede hacer un análisis comparativo, de cómo se vivía en Lopera tras la Guerra Civil Española, con la situación actual en nuestro pueblo y ver la evolución que se ha producido en algunos campos. Esta memoria se encuentra dentro de los fondos de nuestro flamante archivo Histórico Municipal.


MEMORIA ECONÓMICO-SOCIAL DE LOPERA EN 1949


La villa de Lopera, con unos 6.500 habitantes, pertenece al partido judicial de Andújar y al comarcal de Marmolejo, de cuyas cabezas dista 24 y 18 kilómetros respectivamente y unos 50 de Jaén, capital de la provincia.

Su núcleo urbano está emplazado en la vertiente noroeste del río Salado de Porcuna, afluente del río Guadalquivir, río este último que también cruza su término en dirección norte-sur; tiene una altitud media de 200 metros sobre el nivel del mar.


A. EXTENSIÓN Y RIQUEZA DEL SUELO


El término municipal está formado por 6.308 hectáreas, 74 áreas y 91 centiáreas las que se distribuyen de la siguiente forma: Yermo, 84-12 hectáreas; edificado 67-28; regadíos 112 y de secano 6.045.

La calidad de los terrenos que constituyen el término puede, sin error ni énfasis, ser calificada de muy buena, afirmación que quedará corroborada al examinar los datos siguientes, a saber:

De la totalidad del término, 6.308 hectáreas, sólo existen no cultivadas 151, formadas éstas por terrenos edificados, los caminos, los ríos y sus márgenes; no existen pastizales, dehesas ni bosques, todo el terreno cultivado y en explotación.

Este terreno cultivado está distribuido: olivar en cultivo único, 4.502 hectáreas; viñedo, 129 hectáreas; de calma o dedicadas al cultivo de cereales y leguminosas, 1.414 hectáreas y de regadío puesto en explotación recientemente, 112 hectáreas.

Examinaremos por separado las características y posibilidades de cada uno de estos cultivos:


1. Olivar

Constituye, sin duda, la principal riqueza. Está formado por unos 500.000 olivos, la mayoría envejecidos pero por estar enclavados en muy buen terreno, dan, pese a su vejez, buenas cosechas; puede calcularse la cosecha media de aceituna de 8 a 10 millones de kilos. Este olivar es susceptible de mejoras, ya que las condiciones sociales del medio, concentración de capitales y absentismo, influyen decisivamente en este como en todos los cultivos.


2. Tierra calma o dedicada a cereales


Las 1.414 hectáreas aproximadamente, dedicadas en el término a este cultivo, en años normales, producen piensos y pajas suficientes para las necesidades del ganado del término municipal y también trigo y legumbres a satisfacer, casi en su totalidad, el abastecimiento humano. Los barbechos todos son semillados y en una considerable extensión por melonares, de los que se obtienen gran cantidad de productos y proporcionan buena ganancia, por gozar de merecidas famas y exportarse con gran estimación.


3. Regadío


Este cultivo puede considerarse nuevo en el término, el existente salvo dos huertas con una extensión de una hectáreas entre ambas han sido creado desde el año de 1947 hasta la fecha. La riqueza que este cultivo reporta no afluye a esta población haciéndolo a la vecina de Villa del Río (Córdoba), a la que por su proximidad afluye la riqueza, el consumo y el trabajo.


4. Viñedo


Aunque reducida la extensión dedicada a este cultivo, no obstante y por la proximidad del término municipal de Arjona, con mayores extensiones de propiedad de vecinos de este pueblo, hacen un total de más de 400 hectáreas, que producen caldos de un tipo Montilla de gran valor y estimación.


B. FACTOR INDUSTRIAL


Cuenta este pueblo con 14 fábricas extractoras de aceite, nueve enclavadas en el casco urbano y cinco en el extrarradio, algunas de las cuales hace varios años no han sido puestas en funcionamiento. Se está rectificando una fábrica de extracción de aceite de orujo por procedimiento de sulfuros, destruida a causa de la guerra.

C. Problema social


La riqueza descrita es, sin duda, suficiente al sostenimiento digno desahogado de la población con que cuenta del término municipal, no obstante, Lopera padece épocas de un paro pavoroso y en épocas determinadas su censo de parados es más del 80% de su población laboral, siendo causas determinantes de tal situación: la desigual distribución de la riqueza, hecho que lleva como secuela el deficiente e insuficiente laboreo, haciendo labores de arado en serie valga la palabra, con gran escasez y omisión, en muchos casos, de las labores de alzada precisas e insustituibles a un buen cultivo. Examinemos la intensidad en este término de tal fenómeno:

He aquí, para su estudio unas observaciones obtenidas del análisis del padrón de contribuyentes por rústica en el año de 1949.


Total contribución rústica en el presente año en pesetas

219.895, 03

Total hectáreas del término municipal

6.308

Número de contribuyentes por el mismo concepto

1.037

Promedio de tributación que corresponde a cada hectárea

34,70


Deduciendo de la escala de contribuyentes el número de hectáreas porque cada uno de ellos tributa en función del promedio obtenido como cuota contributiva por hectárea, resulta:


Propietarios de menos de una hectárea

364

Número de hectáreas poseídas en total

140

Propietarios de menos de una y media hectárea

223

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

250

Propietarios de menos de tres hectáreas

196

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

394

Propietarios de menos de 4,50 hectáreas

58

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

236

Propietarios de menos de 7,50 hectáreas

65

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

352

Propietarios de menos de 15 hectáreas

67

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

652

Propietarios de menos de 30 hectáreas

32

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

671

Propietarios de menos de 75 hectáreas

16

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

801

Propietarios de menos de 150 hectáreas

13

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

1.208

Propietarios de menos de 300 hectáreas

2

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

380

Propietarios de más de 600 hectáreas

1

Número de hectáreas poseídas en total por los mismos

1.224



Reflexionando sobre el relativismo de las cifras expuestas se aprecia: que 2.716 hectáreas, poco más de una tercera parte del término, es poseída por 1.005 contribuyentes, entre ellos los mayores no llegan a 30 hectáreas; el resto, poco menos de las dos terceras partes de la totalidad, se halla en poder de 33 propietarios, de los que los menores y en número de 16, ninguno llegará 75 hectáreas.

Las cifras en sí son pequeñas pero habida cuenta de la calidad y el máximo aprovechamiento, en cuanto a extensión, que de estas tierras se hace, sus valores son altamente significativos en el conjunto del término. Y si a esto se añade que gran número de los mayores propietarios se encuentran ausentes, quedó perfectamente explicado el fenómeno social del paro y de una población pobre dentro de un término municipal "eminentemente" rico.


D. Propuesta de soluciones


Sólo cabe una: expropiación y conversión en regadío de unas 500 hectáreas en la Vega Baja aprovechando aguas del río Guadalquivir cuya posibilidad y utilidad económica está comprobada por informes de señores técnicos. Esta solución en el terreno de su aplicación práctica se bifurca en dos, según que la pretensión que se persiga sea la creación de pequeños propietarios portadores de cuanto precise a la inversión de sus brazos y los de sus familiares durante todo el año o en otro caso se busque promover a las clases de trabajadores agrícolas, braceros, de un medio que les permita el empleo de sus brazos en trabajos útiles y remunerarles mediante la adjudicación de una pequeña parcela de tierra de riego que en la época del paro absorba su actividad sin que les permita salir de su condición de productor contribuyendo y a la realización de las faenas de recolección por lo general necesitadas de gran número de brazos que en el caso contrario y en tales épocas se daría el fenómeno social inverso, es decir, una gran demanda de trabajo y una grave escasez de productores.

Existe también la posibilidad de expropiar y distribuir entre la masa campesina parte de una extensa y rica zona de olivar limítrofe por la parte de Vega Baja, ya apuntada como susceptible de ser convertida en regadío, y que su utilización al fin que perseguimos, armonizándola con el regadío, podría lograrse con efecto admirable en cuanto a la desaparición del paro obrero y en cuanto a la creación de una extensa zona de riqueza muy superior a cuanto existe en la actualidad.


Lopera a 9 de Diciembre de 1949

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